sábado, 18 de agosto de 2012

FIN DE CURSO de Amalia Jorge Frías


 Hoy terminamos el Curso de Narrativa 2011-2012.  No habría suficientes folios para expresar lo que este taller ha significado para mí y creo, sin temor a equivocarme, también para el resto de compañeras.
El poder adentrarnos en este maravilloso mundo de la escritura, cogidas de la mano de una persona tan eficiente y llena de sensibilidad como lo es nuestra querida profesora Isabel Expósito, nos ha llenado de ilusión y ha rebasado todas nuestras expectativas.
Bajo su dirección, hemos retrocedido en el tiempo y revivido nuestra infancia y juventud, sacando a la superficie recuerdos que teníamos sumergidos en el fondo de nuestra mente.
Con Luisa, hemos vivido el gran amor que se tenían sus padres y también sentido en nuestra piel, el calor del abrazo con que se fundieron ella y su antigua maestra.
Con Mima, le dimos la bienvenida a la primavera y hemos sido partícipes de su felicidad y la de su familia, con la llegada al mundo de su segundo nieto.
Con Teresa, hemos viajado a Málaga, alegrándonos con el éxito que tuvo con el revisor del tren.  Gracias a la definición tan completa que hizo de ella, ahora todas disfrutamos mucho más al oír sonar una guitarra.
Con Lucía, recorrimos su infancia y juventud, compartiendo con ella sus horas de felicidad y desventura, tal como ha querido recordarlas junto a nosotras.
Con Polonia, sufrimos la separación del matrimonio que se amaba tanto, en cuya historia, varias de nosotras nos vimos reflejadas. Testigos fuimos también, de la conversación que ella sostuvo con su madre y hermano, mientras un ángel esperaba en la cocina a que se sirviera el desayuno.
A Mª Dolores, le agradecemos que se haya hecho conocer un poco más a través de su autorretrato y también, el haber recordado, gracias a ella, la ilusión que sentimos al estrenar nuestros primeros zapatos de tacón alto.
Con Paula, nos hemos estremecido pensando en el miedo que ella y su familia habrán pasado la noche horrible del terremoto en Caracas, pero también, hemos dado un feliz repaso a los lazos que nos enumeró, entre los cuales nos quedamos con los de la amistad.
Caya nos ha ilusionado con una Residencia de Mayores que parecía sacada de un cuento de hadas y también nos ha demostrado que nunca es tarde para hacer nuevas amistades, siempre que seamos abiertas y generosas y sepamos darnos a los demás.
Hemos sido felices con Mary, el día que recibió como regalo su primer reloj de pulsera y con ella, todas hemos recordado a nuestros padres al escucharle leer la hermosa semblanza que, con tanto cariño, ella hizo del suyo.
De todas las recetas, la de Elda, para mí, es la más valiosa porque su relato habla de la mayor felicidad que se pueda desear, que es la de estar reunidos con una gran familia como la de ella, en plena armonía.
Naty nos ha remontado más atrás que ninguna, a la época de los dinosaurios y nos ha mantenido en suspense, hasta que por fin nos despertamos.  Con ella disfrutamos de la lluvia y nos entretuvimos tirando piedrecitas a los charcos.
¿Quién no ha sido feliz al recibir por Reyes nuestra primera muñeca?. Cande nos lo hizo recordar (la mía se llamaba Rosa Mary y mi madre le hacía un traje nuevo que ella estrenaba, cada noche de Reyes). Con Cande también vivimos los momentos en que nuestros hijos han levantado vuelo para vivir su propia vida, algo que todas hemos tenido que asumir.
Y termino con Elvira que, a pesar del poco tiempo que lleva en este taller, lo ha sabido comparar con un bolero, despertador de sentimientos.  Ella nos ha hecho partícipe de los recuerdos de su niñez y adolescencia sin ningún tipo de pudor, como si hubiese estado entre nosotras desde el primer momento.
En cuanto a mí, les diré que he disfrutado y he sufrido, hurgando en mi vida pero, lo que de verdad me ha hecho feliz estos meses ha sido oírlas y verlas a ustedes con tanto entusiasmo.  Quiero darle las gracias a todas porque este taller que sólo era un sueño, hoy es una realidad.
Y a Isabel, decirle que todo el esfuerzo y cariño que nos ha dedicado estos meses no ha sido en vano.  Ha conseguido, y se lo repito por segunda vez, que el miércoles sea para nosotras el día más deseado e importante de la semana.