viernes, 25 de octubre de 2013

UNA LLAMADA DEFINITIVA de Amalia Jorge Frías



Hoy me ha llamado Julita por teléfono para anular nuestra cita del miércoles, según ella, el marido sospecha de nuestra relación, por lo que, insistentemente, me ha rogado que no volvamos a vernos, porque ella no quiere perder a su marido, ni su matrimonio. 
Me ha cogido de sorpresa; nunca imaginé que eso fuera a ocurrirme.  Yo pensaba que nuestro amor iba a ser eterno y que ninguna fuerza humana nos podría separar.
Después de colgar el teléfono, me he quedado aturdido y sin palabras, pero aún así he podido reflexionar. ¡Qué raro que durante veinticinco años, el marido no haya sospechado nunca y que a ella jamás le preocupado perder su matrimonio!.  Del marido hace mucho tiempo que estaba cansada y en veinticinco años también se ha cansado de mí.  Lo más probable es que se haya vuelto a enamorar y no ha sido lo suficientemente valiente para decírmelo con claridad.




miércoles, 23 de octubre de 2013

EL REGALO ESPECIAL De AntÍdia Iraida Fernández.



Alfi, así se llama mi amor, es muy especial, con sus andares chulescos; cuando camina mueve sus caderas de una forma muy particular. Tiene alma de trovador y poeta, levanta pasiones allá donde va.
Ese rubio peligroso de ojos almendrados, pestañas súper largas, que cuando las mueve parecen abanicos perlados de azúcar, tiene un lápiz mágico, dibuja como nadie, si tiene un lienzo en blanco, él pintará clones iguales a él. Cuando te mira de frente te da un vuelco el corazón, te entra un cosquilleo por los pies que te sube al estómago en forma de mariposas.
Además te colma de besos, abrazos y con su voz especial, te dice te quiero. Si lloras, llora contigo si te quejas de dolor, también lo siente contigo, eso es amor de verdad: ¡lo quiero conmigo toda la vida!.
Además de bien parecido, es listo, educado, gracioso, galante, suave, amoroso…vivir con él es estar en el paraíso. Cuando en una ocasión me fui a un hotel muy especial, hablábamos por teléfono, porque por su estatura y condición, no lo dejaban entrar en el pabellón.

No hay nada que se pueda comparar con mi querido campeón. Él siempre está de pie dispuesto a dar la mano a todo el que llega, lo saluda con amor. Pero como nada es perfecto en este mundo, a pesar de lo bueno y limpio,  la sociedad no entiende que él puede estar en cualquier lugar, con más méritos que muchos que presumen de ser mejor que él. En otros países es posible, ¿por qué aquí no?. Aquí los , abandonan, ¡que falta de humanidad!.



LA NIÑA. De. Mary Rancel.




Ese día, yo había quedado con una amiga para salir a merendar y dar un paseo. Pero, por la mañana, ella me telefoneó para decirme que no podía, ya que su nieta pequeña estaba en su casa, enferma con un virus y debía atenderla. Quedamos en dejarlo para otra ocasión.
La noche siguiente, llamé a su domicilio para interesarme por la salud de su nieta, no me cogió el teléfono. Volví a llamarla por la mañana y me contestó con voz trémula, exponiéndome:
-Anoche regresé tarde a casa; leí tu mensaje, pero, me pareció tarde para llamarte, pensé que podías estar dormida.
- ¿Qué te pasa?, ¿este no es tu timbre de voz habitual? Le pregunté afectada.
-Tengo a la niña ingresada y estoy muy preocupada.
-¿Por lo del virus? Aclaré.
-No lo sé aún, le están haciendo pruebas. Sólo sé que tiene infección de orina.  La tienen sondada y con suero. Se halla inquieta por la fiebre y asustada. Sólo quiere que yo esté con ella, no quiere ver a nadie más.
-No debes preocuparte. Seguro que no es nada importante, se pondrá bien enseguida – le dije convincente.
Cada día seguí llamando, pero no cogió el teléfono hasta el tercer día después del ingreso. Al contestarme, percibí su desolación por el tono de voz.
-¿Cómo sigue la niña? Inquirí.
-Estoy angustiada, -me dijo bajito- el riñón no le responde, no come ni bebe; todo lo recibe través de vía intravenosa. La tienen sedada y hay pocas esperanzas. ¡No puedo verla sufrir! Prefiero que le pongan una inyección y se vaya tranquila.
 Se puso a llorar y no pudo continuar la conversación -.
Un día después, volví a llamar intuyendo la tragedia. No cogió el teléfono hasta por la noche. Me comunicó lo que yo había presagiado. La niña había fallecido.
Sus cenizas enterradas en la finca, debajo de un manzano. El dolor producido a mi amiga por esta pérdida fue cruel y lastimero. Sus hijos,  pasada una semana,  le regalaron otra gatita, para intentar mitigar el sufrimiento originado por la muerte de la niña.
Luqui, la nueva gatita, le ha aportado ilusión; se ha volcado en ella, dándole mucho cariño. Ahora apenas habla de la niña. Sé que la recuerda de una forma muy especial, sin producirle dolor.
Hace poco de este verídico hecho, tan real como la vida misma.





INOCENTE AMISTAD De Natividad Morín.


La niña tiene 9 años y mucha imaginación.  Su madre había observado, que su hija hablaba sola a través de la ventana de su habitación.  Lo hacía con alguien a quién llamaba Princesa.  Eso la preocupaba.
- ¿Con quién estás hablando, hija? – le preguntó su madre –
-¡Con mi amiguita! –
- ¿Quién es? ¿la conozco? ¿Cómo se llama? – insistió su madre
 - ¡Se llama Princesa y es muy alegre y divertida! .
Un día la madre le preguntó a la niña si había visto los pendientes de perlas, que tenía en el joyero, la menor se quedó pensativa….
-¿Seguro que los tenías en el joyero, mamá? – le preguntó- .
La madre pensó que los había extraviado y se olvidó de ellos.
A la noche siguiente fue a darle las buenas noches y a arroparle, cuando la oyó hablar, con alguien. Reían y gritaba. Se quedó intrigada preguntándose quién sería esa amiga con la que su hija se lo estaba pasando genial.
Abrió la puerta de la habitación y dio un grito al ver a su hija dando saltos en la cama con un ¡chimpancé!, peludo con unas grandes orejas ¡y tenia puestos los pendientes de perlas que había perdido!.
-¡Hola mamá es mi amiga de la que te hablé! –le dijo a su madre
- ¡Princesa, es mi mamá!.
La mona saludó a la asustada madre, dándole la mano.




lunes, 21 de octubre de 2013

APARIENCIA De Dolores Fernández Cano






La tarde es tórrida, con carácter sagrado la fiesta taurina comienza. Sale al ruedo el rey de la plaza. Elegante, discreto, confiado, incitador y astuto. La mandíbula contraída, cabeza desafiante, párpados caídos. Con valentía, se dispone a enfrentarse a la faena. Tras un pase de pecho, busca la postura adecuada, escuchando seguidamente, la ovación de los aficionados. Con fuerza contenida, aferra los pies en la arena, al mismo tiempo, que vibra su cuerpo esbelto. De pronto, nota correr sangre por su piel áspera.
Después de varias verónicas, siente como una garra en el cogote, ¡la herida es mortal!.
Sin remedio, procede a exhalar su último suspiro.

Los mozos, arrastran el cuerpo maltrecho del potente toro, al picadero.



LA ALEGRÍA DE LEO De Edelmira Linares.






Leo comía pipas con esmero, asomado al balcón desde donde podía ver a las chicas saltando a la comba en el patio. Le encantaba la vista que tenía porque, desde allí, controlaba todo el recinto y parte de la calle.
Las chicas reían y brincaban y Leo no pudo evitar silbarles y llamarles  ¡¡guapas!!. Ellas miraron hacia arriba y lo saludaron con la mano, lo que provocó que se pusiera muy nervioso.

Soltó las pipas y tomó agua para refrescar el sofoco que esto le produjo. Picoteó algo más y decidió limpiar una de sus plumas. Eran bonitas, de vivos colores y le encantaba tenerlas siempre a punto, como se espera de todo buen escritor.