lunes, 23 de marzo de 2015

HISTORIA COTIDIANA. Candelaria Díaz.



            No parecía real lo que estaba viendo, mi marido besándose con su compañera de trabajo, la graciosa de Loli con su culito puntiagudo, ahora comprendí el motivo de  lo tarde que llegaba todas las noches que, según él, era trabajo extra, ¡ya!,  y se lo pagaban con la gloria.   Me vio y vino hacia mí, me dijo que, ya que lo había descubierto, me dejaba, que se iba.
             – ¡Y tu hijo qué!
             –Te lo quedas tú
            Pero,  ¿de qué planeta es este tío?.
            Cómo explicarle al niño que ya no había remedio; su papá nos mandaba a paseo.

            Había llegado el tiempo de pasar página.


UN MUNDO INFANTIL Mary Rancel.





            No parecía real lo que estaba sucediendo; descubrí a mi querido nieto llorando, de sus ojos brotaban dos lagrimones que descendían bañando sus suaves mejillas. Le estreché entre mis brazos apretujándole con cariño y besando su frente le pregunté inquieta por el motivo de sus lágrimas. Secándoselas con una servilleta de papel, me reveló:
            -Estoy recordando a una amiga del colegio que marchó con sus padres a Bolivia, su país de origen; la añoro mucho porque solíamos jugar en el recreo. Ella quedó en enviarme un email en cuanto llegara, de eso hace más de una semana y aún no lo he recibido; pienso que ha podido ocurrirle algo malo. Tampoco ha recibido noticias suyas su mejor amiga; ambos estamos muy preocupados, nos parece imposible que nos haya olvidado. ¡Nos gustaría mucho volver a verla!.
            -No debes preocuparte por eso, -le murmuré con ternura-: Verla de nuevo será difícil, su país está muy alejado- Tu amiga, tal vez, esté instalándose en su nueva casa y no ha tenido tiempo de enviarte el correo, ¡Olvidarte!, jamás lo hará. Las amistades de infancia nunca se borran, quedan impresas en la mente y el corazón para siempre; puede que uno de estos días recibas noticias suyas. De no ocurrir así, habrá una razón que la disculpe, nunca será por dejar de recordarte. Su carita, de inmediato, cambió de la tristeza al contento.
            Por la actitud de mi nieto, advertí que había captado mis razonamientos y los había aceptado, por lo que decidí, convencida, que sobre este hecho había llegado el tiempo de pasar página.


TODO EN LA VIDA TIENE DOS PARTES. Amalia Jorge Frías.





            En este siglo XXI, la situación de los mayores ha avanzado mucho. El noventa por ciento percibimos alguna pensión, eso nos ha proporcionado autonomía. Antiguamente no podíamos escoger cómo queríamos vivir, por fuerza nos teníamos que quedar en casa de algún hijo o nieto, o quizás de algún sobrino; si teníamos propiedades, todos nos querían llevar con ellos.
            Algunos hijos al casarse y no tener medios para pagar alquiler, se quedaban a vivir en casa de los padres y esos eran los que, pasados los años, se hacían cargo de ellos; si eran hijos únicos, no había problemas porque ya lo tenían asumido y en vez de una pareja, pasaban directamente a ser una familia. En muchos casos era muy bonito ver cómo se respetaban y ayudaban, pero en otros resultaba muy problemático: cuando se trataba de varios hermanos y faltaba el padre o la madre y sólo quedaba uno, siempre tenía que estar con el bolso preparado y le apeteciera o no, ir continuamente de una casa a otra.
            Pienso que el cambio del ayer a hoy ha sido positivo y aunque nunca estamos conforme con lo que tenemos, hay que reconocer que si alguna vez estamos solos, es porque en muchos casos, salvo algunas excepciones, nosotros lo hemos elegido.






DESOLACIÓN. Natividad Morín.




            No parecía real lo que estaba viendo, nada más llegar a su  casa, después de recoger al hijo del colegio. Vio pasar un camión de bomberos y al final de la calle, un par de coches de policías impedían el paso a todos los vehículos y personas.
            Llegaba un fuerte olor a quemado, y a lo lejos, se podía ver una enorme columna de humo negro.
            Se dio cuenta de que la humareda venía de la zona donde estaba su hogar.
            Echó a correr, pero un guardia le cortó el paso.
            –¡Es mi casa! ¿qué ha pasado? –exclamó ella-
            –¡Señora, no puede pasar, es peligroso y menos con un niño! –le aconsejó el policía-.
            –¡Oh, Dios mío,  ¡dejé la satén al fuego!.
            Cómo explicarle al niño que ya no había remedio; tendrían que abandonar su casa. Todos sus recuerdos destruidos, por un descuido.
            El pequeño lloraba desconsolado; ya había perdido  a su padre y ahora esta desgracia, era difícil superar todo aquello pero…pronto llegaría el tiempo de pasar página.




DESALIENTO. Dolores Fernández.






            No parecía real lo que estaba sucediendo. Todo se iba al garete. Las ilusiones rotas, los sueños desvanecidos. Se imponen cambios de planes, empezar de cero, trazar nuevos caminos. Cómo explicarle al niño que ya no había remedio…pues su padre no cumpliría lo prometido, ya que un fatal accidente, ocasionado con la avioneta que pilotaba cuando fumigaba los campos, le arrebató la vida, sin ningún miramiento. Lo solicitado con extremada insistencia por el niño a su papá para que lo lleve a la Nasa, pues su aspiración es convertirse en astronauta, queda diluido amargamente. Todo un deseo imposible de cumplir. No quedan argumentos para una coherente explicación. La vida juega malas pasadas para ponernos a prueba, forzándonos a variar el rumbo de los acontecimientos. Había llegado el tiempo de pasar página.


LO INESPERADO Antidia Iraida.




            No parecía real lo que estaba pasando,  era como una pesadilla que parecía no tener fin. Hacía apenas unos segundos todo era felicidad y armonía y, en un abrir y cerrar de ojos, todo se ha truncado: un infarto, la ambulancia, el médico que dice que ya es tarde, que no se puede hacer nada, ¿y ahora qué hago?. Tengo que ir a recoger al niño al colegio, ¿cómo le voy a decir que su papá ha volado muy lejos junto a las estrellas?. Confío en lo bien que lo hemos preparado para todo lo bueno y malo de esta vida, vamos a ver cómo se toma los acontecimientos.
            Ha llegado el momento. Trato de decírselo de la forma más normal del mundo, aunque me cuesta; él parece entenderlo, aunque está triste, tratamos de afrontar la situación como podemos.

            Han pasado varios meses y tengo que tener otra conversación con él, que aunque aún estamos desolados, es hora de pasar página y seguir adelante.




PASAR PÁGINA. Edelmira Linares.





            No parecía real lo que estaba pasando, no era consciente de que el tiempo pasa irremediablemente y más rápido de lo que uno quisiera.
            Me miraba con esa cara, entre incrédulo y picarón. Ese tiempo, en el que inventabas historias increíbles, en donde ningún tipo de duda se cernía sobre mí, creo que había pasado.
            Había llegado ese trágico día en el que me planteaba, cómo explicarle al niño que ya no había remedio y tenía que entender lo que le iba a explicar.

            Tanto tiempo viviendo una ilusión de la cual yo era partícipe, no quería que hoy tuviese una decepción, pero se estaba haciendo mayor, y ese niño pequeño ya no lo era tanto, tenía que ir madurando y entendiendo muchas cosas de la vida, por eso, hoy había llegado el tiempo de pasar esa página.


ENTREVÍSTATE Teresa Jiménez.







1.-Objetos que te resulten imprescindibles.
Contesto, las perras.  Vamos, el dinero que con eso se compra y se vende el amor.
2.-¿Por qué escribes?
Porque soy antediluviana y no fui mucho a la escuela, ahora sí que tengo más tiempo y vengo a este Taller.
3.-¿Cuál es tu palabra favorita?.
Cariño, que no quiere decir besuqueo, ¡vamos!; que por más que te hagan sigues queriendo.
4.-¿Algún sueño dejado en el camino?.
Nada, con lo que he tenido me he conformado, salvo  que me trataran mal, eso no.
5.-¿Qué amas?.
A la vida y a mí.
6.-¿Qué odias?.
A nada y a nadie, porque si alguien ha hecho malas cosas contra mí, me gusta pensar que ha sido así porque su mente no daba para más.


ENTREVISTÁNDOME. Natividad Morín.




            Esto es una entrevista que me hago  a mí misma; como no soy famosa no aspiro a que me la haga un verdadero periodista.
-Objetos que me resulten imprescindibles:
La cama, lavadora, nevera.
-¿A qué tienes miedo?.
Tengo miedo a que a mis hijos les pase algo grave o leve.
-¿Por qué escribes?.
A partir de las clases de literatura y gracias a que escribo, he recordado anécdotas de mi vida que tenía olvidadas.
-¿Cuál es tú palabra favorita?
Mi palabra favorita son dos:  Gracias y besos.
-¿Algún sueño dejado en el camino?.
 El sueño dejado en el camino, como dicen las famosas, es muy personal por eso paso esa pregunta.
-¿Qué amas?
A mis hijos, a la vida, a la salud.
-¿Qué odias?.
El maltrato físico y psicológico, sobre todo a los niños y ancianos; aunque a todos en general.


            Bueno ya se acabó la entrevista, creo que he contestado con sinceridad, gracias por escucharla.


TEMPRANO DESENGAÑO. Elvira Martín Reyes




            No parecía real lo que estaba sucediendo en la pequeña granja, aquella mañana de mayo. Todo el mundo corría de un lado para otro, pendientes de los preparativos para la feria del ganado, pues solían venir muchos familiares y a la vez futuros compradores.
         De pronto, el pequeño Mario que, con sus nueve años no había visto nunca  tanta gente junta, se quedó paralizado al ver a una hermosa señora que llevaba de la mano a su pequeña, rubia y con grandes ojos azules, que al verlo le preguntó
          – ¿Cómo te llamas?.
         Mario –respondió el niño tímidamente.
          –¡Yo soy Carla! –le indicó la niña, muy espabilada –Te enseñaré la hermosa vaca que trajo mi padre para venderla.
          El niño abrió los ojos de par en par al ver tremendo animal mugiendo, y que al instante, se echó al suelo y se puso a parir. Mario gritaba de alegría y susto al ver la bonita ternera que estaba naciendo
         – ¡Papá papá! Quiero esa vaquilla para mí.
          La niña, al escucharlo, llamó a su padre apresurada
         –Papá, este señor quiere comprar la ternera.
         Ambos padres llegaron a un acuerdo siempre que pagara por adelantado.
         Mario daba saltos de alegría invitando a la niña a algodón de azúcar y ambos se fueron a ver el resto de la feria. El niño pensaba ¡hoy es el día más feliz de mi vida! y la niña a su vez pensaba ¡qué gran negocio ha hecho mi papá!.
         A la mañana siguiente Mario se levantó apresuradamente, atravesó el verde prado que separaba la granja de los establos.
         De pronto, se quedó petrificado al ver que el recinto estaba vacío. Salió gritando hacia la casa llamando a su padre y a Carla.
          –¡¡Papá la vaca y el ternero han desaparecido!!.
         Al salir, su padre se dio cuenta del timo del que habían sido objeto. ¿Cómo explicarle al niño que ya no había remedio?.
         Ocho ferias después, encontró a la niña rubia convertida en mujer pero afortunadamente para Mario había aprendido bien la lección separando el corazón de los negocios.
         Había llegado el momento de pasar página.


DESOLACIÓN. Elda Díaz.




            No parecía real lo que estaba ocurriendo pues la mamá del niño lo había abandonado.  Lo dejó con el padre y se fue sin decir nada; no parecía que eso fuera a pasar porque, aunque ellos no se llevaban bien, nadie sospechó nunca que ella tomara aquella decisión tan drástica. No solo se había ido sin decir nada, sino que abandonaba a su hijo, sin darle explicaciones. Cómo explicarle al niño lo que pasaba.

            Había ocurrido y ya no había remedio. Había llegado el tiempo de empezar a vivir de otra manera, siempre pendiente del niño para hacerle la vida más feliz.


HISTORIA DE UNA FAMILIA. Lucía Hernández





            Había un matrimonio que vivía en una mansión muy grande y bonita, con muchos árboles y flores. Era un regocijo vivir allí, un lugar fresco y agradable, pero…ya sabemos que siempre nos falta algo.
            Tenían dos hijos,  uno de ellos sufría de una deficiencia. Sus padres lo llevaban con paciencia, el niño no comprendía nada, todo lo veía bueno y vivía feliz al lado de su familia, era muy cariñoso con sus padres y hermanos. Sus progenitores, a solas, hacían sus comentarios, como un día que la madre reflexionó en voz alta:
             –Esto es lo que Dios nos ha ofrecido, ha llegado el tiempo de ir olvidando lo pasado, y  juntos vamos a pasar el tiempo que nos falta y pedirle a Dios que nos dé salud ya que en esta vida todos recibimos varios contratiempos, cada uno tiene que conformarse con su destino.
            Su marido aceptó las palabras que su señora le decía y terminaron sus vidas recordando siempre los buenos y malos ratos que en la vida habían pasado pero…sin olvidar el presente. Había llegado el momento de pasar página.




MIS CINCO PREGUNTAS. Milagros.

                                                                                                

-Objetos que me resultan imprescindibles:
El agua, el aire puro, un buen libro, mi bikini, la música, el baile, ...
-¿Por qué escribo?
Porque haciéndolo, me siento libre.
-¿Cuál es mi palabra favorita?
Solidaridad.
-El sueño que se me está quedando en el camino.
 Mi carrera de psicóloga.
-¿Qué amo?
La vida, a mis hijos.
-¿Qué odio?

Las guerras sean de la índole que sean, la falsedad…



LA ENTREVISTA. Antidia Iraida.




            Estoy llamando a la puerta de Antidia. Quiero hacerle una entrevista, a ver qué nos cuenta.
            –Hola buenos días ¿me podría contestar a unas preguntas?.
            –Claro que sí, siempre y cuando estén dentro de mis posibilidades, le contestaré.
1.-¿Qué objetos le resultan imprescindibles?.
Depende del momento y el día, pero por decir algo, bolígrafo, papel, un gel, agua por supuesto, un libro, una barra de labios, aguja e hilo.
2.-¿Por qué escribe?.
Porque me gusta, es algo que he hecho desde siempre, sin ello me faltaría algo muy importante para mí.
3.-¿Cuál es tú palabra favorita?
Depende del estado de ánimo, una de ellas son dos : te quiero. O  mar, claro que, si estoy enfadada, mejor no preguntar.
4.-Algún sueño dejado en el camino?.
Sí, tengo varios, me hubiese gustado ser azafata de vuelo, enfermera y actriz, como ve, ni lo uno ni lo otro. Enfermera en alguna ocasión he tenido que ser sin serlo y actriz, ¿quién no ha hecho película alguna vez?.
5.-¿Qué amas?
 A mis hijas y a todos los míos.
6.-¿Qué odias?

 La mentira, la hipocresía, las críticas, el querer ser algo que no eres, y como estos ejemplos, unos cuantos más.


domingo, 22 de marzo de 2015

LA LUCHA Luisa Delgado Bello






No parecía real lo que estaba pasando.
            Desde que nació su hijo, mi mejor amiga cambió y se convirtió en una amargada que no hacía nada más que quejarse de lo malo que era su niño con ella, mientras que con su marido, con la abuela y con los profesores era un angelito.
            Cómo explicarle al niño que si no cambiaba no había remedio, ya que no aguantaba más y harta de la situación, le ha planteado el divorcio a su marido y que se quede con la custodia total del pequeño, porque está convencida de que a ella no la quiere.

            Nosotras las amigas estamos intentando convencerla de que no renuncie a su hijo y que luche, porque de esa manera no puede pasar página y si lo hace,  se arrepentirá.