miércoles, 5 de marzo de 2014

LO INVISIBLE De Edelmira Linares.






Era una reunión como cualquier otra, sin nada especial ni trascendente que la diferenciara de otras.
La gente fue llegando a cuenta gotas ya que el día estaba lluvioso y ventoso, no muy propio para salir de casa, pero aun así, allí estábamos.
El presidente de la comunidad fue leyendo los puntos principales que se iban a tocar en la reunión. Una vez acabó, empezamos sin demora.
Las zonas comunes y su mantenimiento, fue el primer tema a debate. Estaban en mal estado y nos afectaba a todos, ya que quitaba valor a nuestra propiedad.
Como siempre, se empezó hablando y se terminó discutiendo: unos echaban la culpa a los otros, otros no querían derramas, otros no les parecía normal y pasaban del tema y yo me sentía fatal.
No estaba nada a gusto en el lugar; fui porque era mi obligación, pero en el fondo, sabía cómo acabaría y me juré nunca más volver. Me quería ir y no podía, todos estaban alterados y yo con un fuerte dolor de cabeza. Aproveché el momento en que fuimos a ver el mal estado de los buzones para hacerme invisible. Me quedé rezagada del resto,  quieta, y en el momento propicio, me evaporé.

Es un don que tengo desde pequeña y abuso de él en muy pocas ocasiones, ya que no quiero ser descubierta.


¿QUÉ PASARÍA SI ARRIMO EL ASCUA A MI SARDINA? De Mary Rancel


Les cuento lo ocurrido sin exagerar ni un ápice;  parece increíble pero es incuestionable. Esto es literalmente lo que me sucedió.
Como cada día, entré al cuarto de baño nada más levantarme y...¡¡sorpresa!!. Apareció ante mis ojos una maravillosa máquina de forma casi humana; al advertir mi presencia, hace una ligera inclinación de cabeza y habla con voz suave y agradable; sus primeras palabras fueron:
-¡Buenos días humana! No quiero causarte alarma ni extrañeza por mi apariencia. Vengo para ayudarte en tus tareas diarias; he sido adjudicado a este hogar mientras pueda servirte de soporte en el cuidado de todas las necesidades de la persona nonagenaria que mora en este domicilio; incluso al llegar a centenaria. De ahora en adelante, seré yo –este  perfecto robot– el  que asista al  mayor de la familia. Le bañaré, secaré, afeitaré. Daré sus masajes matutinos, cortaré las uñas y pelo cuando sea preciso; administraré la medicación  y me ocuparé de su alimentación. También me dedicaré a atender sus necesidades fisiológicas y vitales. No temas, le trataré con respeto y amabilidad. Por ser un robot, no tengo sentimientos como los humanos pero, soy tierno y educado; sé escuchar y dar respuestas acertadas cuando me preguntan; puedo leer la prensa, un libro…, escuchar la radio y ver la TV, inclusive dar mensajes telefónicos. El resto del tiempo lo invertiré en realizar tareas cotidianas de la casa.
De pronto, quedé petrificada y sin poder pronunciar palabra. Luego, reaccioné y le pregunté al bonito robot:
-¿Estoy soñando, es broma o hay una cámara oculta?-
-Nada de eso humanoide, soy real, aunque esté construido de titanio, tornillos y un entramado de cables conectados a muchas terminaciones que me han hecho inteligente. Te aseguro que cumpliré mi cometido a la perfección, no te preocupes por nada. Tú solo tienes que dar amor a tu ser querido como has hecho siempre.

Este hecho me pareció tan sobrenatural que me costó asimilarlo. La verdad es que, desde entonces, vivo en una nube, mejor dicho, ¡en la gloria! Tengo lo que más quiero y sin responsabilidades. Jamás pensé que esto pudiera sucederme a mí, parece ficticio pero es una realidad patente.




PASADO De Dolores Fernández Cano


Ángela abre la puerta del edificio donde habita. Entra en el ascensor para subir a su piso. Cuando llega, su estupor es mayúsculo:  ¡se encuentra en un instante de su pasado!. No lo comprende. Siempre lo ocultó, cambió de residencia para que nadie la conociera, pues es su deseo que no se descubra que antaño ha sido prostituta. Su pasado, al verla, esfuerza una sonrisa malévola, para saludarla.
-¡Hola Ángela!, observo en ti una inmensa felicidad.
-¿A qué has venido? –pregunta    Ángela indignada, para seguir comentando –tengo  una nueva identidad, un buen trabajo, me he casado con un fantástico hombre que me llena de atenciones. Es un Conde, e ignora todo lo relacionado con mi anterior vida. ¡Déjame tranquila!.
Él no contesta inmediatamente. Después de unos segundos de silencio, la mira fijamente, y exclama:
-Créeme, sólo he vuelto para saber cómo te encuentras. Soy un amigo, sigo apreciándote. Ya me doy cuenta de que no me necesitas, a pesar de todo, te estaré vigilando. ¡Ah!, recuerda que los Condes también tienen pasado.
Sin más, se aleja, dejando en el ambiente un tufillo a cólera.
Ángela entra en su vivienda dispuesta a olvidar todo, pues le basta consigo misma.




SOLO De Natividad Morín





Si buscaran este pueblo en el mapa, seguro que no lo encontrarían. Es pequeño, de pocos habitantes, las casitas están esparcidas por el valle, los vecinos casi no se conocen.
Por eso, ellos eligieron este pueblo buscando la tranquilidad y sosiego que se respira allí.
Después de pasar cuarenta años trabajando en una ciudad llena de ruidos, humos y luces, que les ponía de los nervios; llegar a la jubilación y cambiar de ambiente fue lo mejor que podían hacer.
Cuando llegaron a aquel paraje quedaron maravillados y sobre todo, cuando descubrieron que, desde la ventana del dormitorio, se divisaba un río de aguas cristalinas rodeado de infinidad de flores que alegraban el ambiente, y que podía ser atravesando un pintoresco puente de color blanco. Este paisaje era solo para ellos, pues  era la única casa que había por los alrededores. La pareja salía a la terraza, se sentaban a tomar el sol y a contemplar ese precioso paisaje, que cualquier pintor hubiera deseado plasmar en un lienzo.



EL TESTIGO De Candelaria Bacallado





Cuando Andrés entró en la casa, sintió un escalofrío. Todo estaba igual, tal cual lo dejó aquel nefasto día.
Caminó por las distintas estancias rememorando escenas. Al llegar al salón donde le esperaba su amigo Ángel, ansioso por ver su reacción, no dejó que  su rostro reflejara ningún gesto. Permaneció imperturbable.
-¿Qué hacemos aquí? –preguntó a su amigo, pasados unos segundos.
-Mi deseo era enfrentarte a tus miedos pasados, ya veo que los has superado- le respondió Ángel.

Andrés sonrió interiormente y pensó… ¡qué fácil era engañar en la escena!.


HIPÓTESIS FANTÁSTICA. De Luisa Delgado Bello





¿Qué pasaría si, al despertar, Ángela fuera su abuela; su madre su hija y sus hijos sus nietos?. ¡Que susto se llevaría al verse mayor!, y que todo eso pasara en un instante…
Como ahora hay tantos adelantos, tal vez tomaría la máquina del tiempo y en un momento estaría en su tiempo real.

Esto es algo que soñé anoche.  Aunque en el futuro esto deje de ser sólo una fantasía y, quizá, pueda pasar de verdad. Tal vez nosotros no lo veremos nunca,  pero nuestros nietos creo que sí.


RECOLECCIÓN De Elda Díaz






Me encanta el campo, aunque sea muy duro, porque en él siempre tienes mucho que hacer. Primero, preparar la tierra, luego sembrarla en familia, luego mantenerla hasta la recolección.  Esa es una ocasión en la que nos volvemos a reunir;  hacemos una buena comida y pasamos el día descansando, hasta que se hace de noche. Y así, casi  todas las semanas, volvemos a él, hasta la próxima siembra.


LO QUE PASÓ De Mary Rancel



Parece un caso increíble por lo poco usual,  pero es muy cierto.
Hubo un tiempo en que me dediqué a pensar. Me pasé largas noches pensando y pensando en una cosa concreta hasta conseguir que esos pensamientos o ideas se hicieran realidad.
Una mañana al levantarme de la cama y verme reflejado en el espejo, pude comprobar que me había transformado en un elefante, -mi gran ilusión de hacía tanto tiempo-. No era demasiado grande pero si lo suficiente como para impresionar. Salí a la calle a dar un paseo y los niños se arremolinaron a mi alrededor –no causaba miedo-.  Me extrañó la familiaridad de los pequeños conmigo, todos querían subir a mi lomo, tocar mi trompa, acariciar mis orejas…¿Qué estaba pasando?, no podía comprenderlo; yo quise se elefante para intimidar a las personas, para imponer acatamiento pero…si los enanos sólo quieren jugar conmigo, ¿qué pasará con los mayores? Será como siempre, seguirán tratándome sin contemplaciones, sin darme un poco de afecto. Todos los habitantes del pueblo solo me han querido para que trabajara para ellos sin darme nada a cambio.
Unas lágrimas surgieron de mis ojos, ¡prodigio!; los niños al notarlo las limpiaron con sus pequeñas manos, algunos halagaban mi cabeza y, uno de ellos, me besó la trompa con cariño. Yo no cabía en mí de gozo. Paseé a los críos durante horas. Al atardecer dejé a los niños en la plaza del pueblo, todos los padres me aplaudieron, me dieron para comer plátanos, hierbas y frutos.
Esto de ser elefante me ha cambiado la vida, soy feliz, tengo amigos y todos los vecinos me adoran; duermo en el gran parque y puedo deambular por el lugar sin que se opongan a ello.
Los pequeños me hablan, me cuentan sus cosas, les entiendo y trato de contestarle pero, aun no lo he conseguido. Voy a dedicar unas cuantas noches a pensarlo con ahínco hasta conseguirlo, cuando lo logre se los contaré.


SI EL MAR SE SECARA De Carmen Margarita.





Si el mar se secara ¿que me pasaría?. Mi fantasía se dispara solo con pensarlo. Siempre me he preguntado qué  habrá debajo de esa masa de agua azul. ¿Ciudades sumergidas de siglos atrás, barcos con tesoros inmensos, la ciudad de Nemo al descubierto para poderla visitar? ¡Qué alegría y curiosidad! Pero, imagino que es que no todo sería bonito. Habrían sorpresas desagradables, seguro. Una sería el cómo iría a reaccionar la naturaleza. Lo primero, no tendríamos lluvias y si no llueve no habría agua dulce y las consecuencias serían imprevisibles. ¿Qué  haría yo sin mis baños en el mar y, algo muy importante para mí, sin el olor a mar? ¡qué tremendo sería!
Gracias a Dios todo esto es una fantasía, mera hipótesis.

Yo me voy a poner el bañador y me voy a dar un baño para alejarme de este pensamiento y quedarme con este que dice: ¡qué mar tan bonito el que baña nuestras islas!.

LO DESCONOCIDO De Candelaria Díaz






Nadie aclara nada tangible, así que  pienso mucho en si hay vida después de morir: ¡yo creo que sí, ¿pero dónde?! Lo que nos dicen es que, si somos buenos, nos salvamos e iremos a un lugar maravilloso ¡y pienso yo si  seremos todos los cristianos!. Dicen que el camino es estrecho para entrar y que los ricos no pasan.  Eso es falso porque hay gente pudiente, que es muy bondadosa y caritativa. Así que esta afirmación puede nacer de la envidia de los que no tienen medios, mirando a los poderosos ¡con ganas!. En fin este misterio no lo resolveremos; sólo al partir lo sabremos y… si nos dejaran volver a contarlo,  sería otro cantar.


HIPÓTESIS De Teresa Jiménez






Sé que tenía que empezar este relato con una palabra de la que no me acuerdo.  Era algo así como un supuesto o o un supongando… ¡ya está!  Ya lo sé… hipótesis, esa era la palabra. Pues en el hipotético caso que yo fuera  un extraterrestre y  viniera a mi querida España, yo de aquí no me movería; una tierra tan rica que, con todo lo que roban, todavía queda. Con este clima, con este arte, y más arte para vivir como un rey, y con un Rey de verdad que da gusto verlo,  aún teniendo que pasar casi todos los años por el taller.  Y es que los españoles tenemos  una alegría en el cuerpo,  seas de la región que seas.  Suponiendo, digo.



martes, 4 de marzo de 2014

LIBERACIÓN. De Mary Rancel


Sus padres, personas acomodadas de clase media, no pudieron encauzarle por el camino que creían era el apropiado, eso les llenaba de angustia y ansiedad. Era un joven con formación pero, carecía de perspectivas de futuro; hubiera podido realizar un trabajo de responsabilidad, aunque a él eso de trabajar nunca le apeteció; malvivía deambulando de un lado a otro, sin meta ni rumbo fijo,; decía ser un bohemio. Su vida fue un desbarajuste hasta que un buen día, un colega, le entregó un surtido de pinturas, pinceles, un lienzo y un caballete y le dijo: -Procura sacarles provecho, yo ya no los necesito, me marcho de la ciudad-. Ese fue el mágico momento que marcó su vida.
El chaval, buscando pasar el rato, se puso a garabatear la tela con colores de disparejos matices; saliéndose de lo metódico, trazó líneas imaginarias, irreales…., lo que finalizó siendo una pintura abstracta. Él, la llamó “Liberación”. Se sintió feliz y disfrutó de ese instante que deleitó su vida.  Considerándose solidario, una vez concluida la obra, la donó a unos muchachos que pedían cosas para vender y, con su producto ayudar a los más necesitados –como si él no fuera uno de ellos-.
Días más tarde, encontró a los jóvenes en la plaza mayor; uno, se dirigió a él y le comentó con alegría: -¡Vendimos tu cuadro en quinientos euros!, la persona que lo adquirió quiere otro, pagará el mismo precio, así que…..¡manos a la obra!, te conseguiremos el material para que puedas trabajar.
Y así fue como sucesivamente, fue pintando y vendiendo sus obras a un precio razonable, haciéndose un hueco entre los pintores de su generación.
A partir de estos hechos, él solía decir: -Jamás lo hubiera imaginado, pero, cuando pinté el primer cuadro, plasmé en él la plenitud de mi espíritu, conseguí liberarme del lastre llevado durante tanto tiempo, conocí la emoción de mi existencia, los sentimientos, la libertad sin sufrimientos ni carencias. Me he realizado como persona a través de la pintura.

Una profesión en la que jamás había pensado, el azar la creó. A partir de entonces, brotó la ilusión, tuvo, amigos, paz, algo de dinero, y lo más importante, se reconcilió con sus padres. No ha necesitado nada más.