sábado, 29 de marzo de 2014

RECONSTRUCCIÓN de Amalia Jorge Frías




Estoy en mi pasado. Me paseo por él.  Sé exactamente dónde voy, de la misma manera que conozco para qué.  Me remonto a 1989, año en que se casó la mayor de mis hijas. Son muchos los recuerdos, pero los que más añoro  son aquellos en los que, a últimas horas de la noche después de cenar, nos sentábamos a comentar y a reírnos de las incidencias que habíamos tenido durante el día y a planificar lo que íbamos a hacer el día siguiente.

Coincidió también que, ese mismo año, mi marido y yo hacíamos las Bodas de Plata y,con la ilusión y preparativos de la de mi hija, casi se nos olvida; bastaron dos días, para organizar otra misa, donde nos volvimos a casar con los mismos padrinos; nuestros cuatro hijos  sentados en el primer banco y las personas más cercanas acompañándonos, a continuación fuimos a cenar a un restaurante donde lo pasamos muy bien, siendo ese día, uno de tantos maravillosos, que he vivido en mi pasado.



lunes, 24 de marzo de 2014

RECONSTRUCCIÓN de Dolores Fernández Cano.







Estoy en mi pasado. Me paseo por él. Sé exactamente donde voy, de la misma manera que conozco para qué: me encuentro en los días felices de la infancia, los juegos, excursiones, el cariño de mis padres, la compañía de los hermanos, la inocencia de los pocos años. Efectúo una parada en el colegio, siento en mi interior el fervor de la primera comunión, la responsabilidad de los estudios. Me veo yendo a los cines, ¡cuántas ilusiones!, ¡cuántos domingos maravillosos!. También en este placentero recorrido, aparecen tímidamente los viajes a la península ibérica e islas. Llego al sendero de la tristeza, cuando fallece mi padre, pero hay que seguir. Me adentro en el pasado laboral; una ruta intensa, muy provechosa, hasta que aterrizo en la pista de la jubilación. De nuevo, cruzo la calle de las penas; todos mis seres queridos se van de mi lado, dejándome invadida por la tristeza y soledad. Descanso un momento, sólo me queda un pequeño trecho. Vislumbro a lo lejos una gran mansión, en dos zancadas me planto en su puerta. La abro con discreción, ¡oh!, ahí está mi presente. Sin ningún miramiento, me abrazo a él, rebosante de anhelo y esperanzas.


RECONSTRUCCIÓN de Natividad Morín



 
Maternidad, Cuadro de E.H.Orallo
Estoy en mi pasado. Me paseo por él. Sé exactamente donde voy, de la misma manera que conozco para qué: salgo de mi casa y me dirijo al hospital. Estoy embarazada y he salido de cuentas; cerca de dos semanas. El ginecólogo me dice, bromeando, que el niño va a salir con barba. Estoy nerviosa y con mucho miedo a lo desconocido ¿cómo será el parto? Va a ser el primero.
En aquellos años no se hacía ecografías y por tanto no sabía si era niña o niño. Recuerdo que cuando llegué a la clínica y me vio la matrona, enseguida se dio cuenta de que la cosa no evolucionaba como debería.
Tuvo que llamar al médico. Cuando llegó y echó un vistazo, dijo,
- ¡Este niño, se encuentra bien donde está, pero vamos a ayudarle a salir, que ya es hora! . Le pondremos un goteo y el nacimiento será más rápido, aunque más doloroso. 

Al final, valió la pena, ¡fue una gran alegría! Era una niña, morenita, gordita, ¡preciosa!.
Como esas horas se olvidan ¡gracias a Dios!, unos años más tarde llegaron, poco a poco, cuatro hijos más.
Este es parte de un pasado que recuerdo con mucho cariño y nostalgia. ¡Con qué rapidez han pasado los años!; me parece que fue ayer.





PASADO de Elda Díaz





Estoy en mi pasado, me paseo por él para verme cuando tenía once años y estaba en el colegio. Era una niña muy tímida que siempre iba a lo mío sin meterme con nadie. Las niñas más listas siempre decían que era tonta.  El colegio era mixto; los niños a un lado y las niñas al otro. Los chicos tenían un equipo de fútbol y debían elegir la madrina, pues todos los colegios  hacían lo mismo.  ¡Me eligieron a mí!  Las niñas más listas decían que no lo entendían, pero  así fue. Allí estaba yo, y como madrina del equipo del colegio, tenía que ir a los campos de fútbol. Antes del partido había intercambio de banderines y ramos de flores. Aquella fue una etapa muy bonita de mi vida.




RECOMPENSA de Carmen Margarita




Estoy en mi pasado, paseando por él y mis recuerdos me traen una cantidad de vivencias; me siento como en una montaña rusa.
Me paró en un punto donde estaba pasando unos momentos difíciles.  Ese en el que me había quedado sin empleo, con mis 4 hijos a mi cargo. Cada mañana al levantarme, empezaba una odisea que, lograba remontar porque tenía muy claro a donde quería ir; por eso luchaba incansablemente. Un día me llamaron para decirme que al fin tendría trabajo, que alegría para todos los de casa. Y es que en la vida hay que tener una actitud positiva y ser paciente porque si tienes claro donde quieres llegar y para qué, te verás recompensada.  Así lo veo ahora, desde la perspectiva que da el tiempo.




RECONSTRUCCIÓN de Teresa Jiménez.






En mi pasado hubo de todo pero, paseándome por él, sabía dónde quería ir: tener una vida de provecho y de cariño.
 En el instante en el que me casé y las cosas fueron a mejor, porque entonces era ¡feliz, feliz, feliz, con una familia preciosa con cuatro hijos ¡en nueve años!.

Se ganaba regular, pero en los bancos había ocho pagas al año, así que cubríamos bien los gastos. Me acuerdo de que mi marido decía, como somos familia numerosa podemos viajar, y así lo hicimos, hasta que las cosas cambiaron. Lo siento amor.


domingo, 23 de marzo de 2014

RECONSTRUCCIÓN de Elvira Martín







Estoy en mi pasado, me paseo por él. Sé exactamente donde voy, de la misma manera que para qué.  Busco una recopilación de mi niñez y mi juventud. Y se me mezclan los sentimientos; inocencia e ilusión, pero al mismo tiempo tristeza, por los que faltan. Pero, curiosamente, te vas quedando con lo bueno de cada momento, y cómo si de una película se tratara, ves a tus seres queridos pasar delante de ti, extrañas sus risas, su ternura, y echas de menos esa plenitud de la vida en la que se es capaz de sacar una familia adelante, que es lo más importante, sin apenas darte cuenta de la labor que haces. Para después pasar a un segundo plano, no menos importante, donde los protagonistas serán tus hijos, para volver a empezar el ciclo. Y sigues aprendiendo y aprendiendo...aunque yo francamente me pregunto ¿para qué?.

RECONSTRUCCIÓN de Mary Rancel.





Estoy en mi pasado. Me paseo por él. Sé exactamente donde voy, de la misma manera que conozco para qué: sencillamente, para reconstruir una anécdota de mi niñez, de cuando tenía unos seis o siete años. Un lejano domingo, en el que estrené un abrigo color rojo fresa.
Ese día, a la salida de misa, junto a mi amiga, nos dirigimos a la casa de su abuela; después de saludarla, pasamos al huerto a jugar. Pronto advertimos que un gallo paseaba por el tejado del granero y, nos dio por sentarnos en la pared del cercado a tirarle piedras, para que bajara al gallinero. Una de las veces, cogí una botella rota y la tiré a la techumbre, ¡con tan mala suerte!, que me corté un dedo de la mano. Comencé a sangrar y a sacudir la mano de arriba abajo; la sangre salpicó mi abrigo nuevo manchándolo. La abuela de mi amiga limpió la herida  y  la vendó, cuidadosamente.  Acto seguido, marché a casa ilusionada -por lo del vendaje de la mano- pero..., mi madre, al verme, me echó una buena regañina. No por la mano lesionada, sino por el abrigo manchado; eso me dolió mucho más que el corte.  Pero ahora estoy en este mismo instante para reconstruirlo… así que…
…Mi madre, al verme entrar a casa con la mano vendada y el abrigo rociado de sangre, alarmada, me estrecha entre sus brazos, me besa con ternura y mira con inquietud mi herida. No le da importancia a lo que le ha pasado al abrigo. Su preocupación es únicamente por mí, su niña adorada.




VOLVER AL PASADO de Luisa Delgado Bello







Quiero dirigir mis pasos al pasado para recordar las vivencias de mi niñez que fueron felices y bonitas, junto a mis padres y hermanos. De pronto, dirijo mis pasos hacia aquel recuerdo y siempre llego al mismo instante, aquel en el que conocí a mi marido. Nunca he podido explicar que fue lo que nos sucedió a los dos desde el primer momento en que nos conocimos; fue como si una ráfaga de aire fresco entrara en nuestras vidas.
Todavía ahora, que hace diecisiete años que no lo tengo a mi lado, todos los días  recuerdo aquel instante, como si fuera hoy. Es el amor de mi vida.

Esto a ustedes les parecerá empalagoso pero es lo que siento y me sale de lo más profundo del corazón.


RECONSTRUCCIÓN de Paula Lugo






Estoy en mi pasado y me paseo por él.
Cuando fui a Venezuela por primera vez, iba en un barco italiano que salió de Tenerife. Era blanco y en los camarotes  había literas muy incómodas. Fueron unos 10 días de viaje metidos en aquellos camarotes verdes.
Cuando llegamos a La Guaira, el sol era radiante.  Sabía que aquel no era el final del viaje; aún que nos quedaban horas para llegar a nuestro destino.
Me tenían preparada mi casa; pequeña, pero amueblada. Para mí era tan bonito todo. Venezuela es y sigue siendo un país precioso, verde, lleno de vegetación, con gente muy alegre.
Mis recuerdos de aquella época son preciosos pero se me van olvidando con los años y que mientras recuerde algo, lo disfrutaré  evocándolo, porque fue la época cuando pasé de niña a mujer. Tuve dos hijos. Fue mi mayor alegría  mis hijos, aunque siempre echando de menos a mis padres porque estaba sola, con mi esposo y los dos pequeños.



QUIERO SER PÁJARO de Antidia Iraida.




Lourdes, como cada tarde, estaba sentada en su silla favorita frente a la ventana. Mientras cosía, dejaba volar su imaginación pensando que sería de su vida en el futuro. Veía cómo los pájaros en la bahía volaban de un lado a otro libremente, pensaba, si yo fuera como ellos, iría también de un lado a otro para explorar nuevos horizontes y ver, desde lo alto, donde se quieren parar.
Hace mucho tiempo que Lourdes busca nuevas perspectivas, quiere cambiar de forma de vida, de  ciudad, de todo. Por eso, envidia tanto a los pájaros que pueden ir de un país a otro en cada estación del año y siempre tienen una casa diferente esperándolos. Ella siempre , ¡ay si yo fuera pájaro!. Además de que puedan volar, le fascina el plumaje, bello traje, así se puede viajar, sin tener nunca  exceso de equipaje. Todas sus pertenencias las llevan con ellos; hasta las urracas son capaces de llevar sus joyas en su pico: forman parte de su equipaje. ¡Yo quiero ser pájaro…!


TIEMPOS PASADOS de Candelaria Díaz.



Estoy en 1958, apruebo el ingreso en la escuela de comercio, estudio para contable; es lo que me gusta. Tengo un profesor magnífico, ¡enseña tan bien que es una gozada asistir a clase!. Al terminar de estudiar, me consiguen un empleo; llevo la contabilidad de una cafetería, tres barcos de pesca y un despacho de pescado.

Tengo la suerte de que mi jefe es profesor Mercantil y me enseña el sistema americano. Estoy en esto siete años, luego hago un paréntesis de cuatro años. Al volver a trabajar, lo hago en la corresponsalía del Banco Central en la Cuesta. Es estupendo trabajar en algo que te guste. Esto es una parte de mi paseo por el pasado.



DEL YO AL NOSOTROS de Milagros.





Muchas veces nos preguntamos por qué vivimos y qué sentido tiene lo que hacemos y la vida que nos rodea. Sin embargo, a poco que nos sentimos orgullosos o triunfadores por algo que nos sale bien, dejamos de interesarnos por los demás para concentrarnos en nuestra persona y así empezamos a perder un poco de nosotros y de nuestras ilusiones. No podemos olvidar que hay quien vive el trágico vacío de no encontrar respuesta a las trágicas pruebas que a veces nos pone la vida, y acaba convencido de que, en realidad, no hay respuesta. En estas circunstancias, una persona pierde toda ilusión por la vida y quisiera desaparecer.
La verdad es que, en el fondo, todos amamos vivir. Tenemos que tener en cuenta que la vida de cada persona forma la historia de la humanidad y esta historia, con éxitos y fracasos, es lo que nos da una vida llena de sentido, de felicidad capaz de llenar  nuestros corazones.

La experiencia nos demuestra que si eres capaz de hacer algo por los demás, de dar vida, en la medida que lo haces, empiezas a llenarte de ilusiones y descubres el verdadero sentido de la existencia humana.