jueves, 2 de abril de 2015

MI HIJA AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS Amalia Jorge Frías




         Mi hija María lleva tres meses sin poder dormir.  Cada vez que lo intenta, un indigente que acampa debajo de la ventana de su habitación pone la radio o un despertador continuo o grita desmesuradamente.
         Todos los vecinos de la Plazoleta Pedro Mendoza, en la Salle, se quejan y todas las noches durante este tiempo, unos u otros llaman a la Policía Local, que hace acto de presencia y, eso sí, muy educadamente le requieren para que baje el volumen de la radio.  A las dos o tres horas, se ven obligados a llamarla otra vez; vuelven y le dicen que apague el despertador; y así una y otra noche.
         Por el día, aunque a veces también hay ruidos, incluso más de una riña e insultos con algún colega, como es natural, molesta; pero no es tan angustioso de sobrellevar como en la noche y en la madrugada.
         Los vecinos nos preguntamos: ¿quién es ese señor?.  Hemos llegado a pensar que, tal vez, sea alguien importante o con familia o amistades en las altas esferas y que por eso, a pesar de estar claro que necesita medicación o que es imperioso que se tome alguna clase de medidas con él, todos hacen la vista gorda. Pese a que los vecinos paguemos los impuestos religiosamente y creamos tener derecho a vivir en paz, nadie pone fin a este calvario.



martes, 31 de marzo de 2015

SI FUERA Dolores Fernández Cano



Si Rita fuera espabilada, iría a cantarle las cuarenta a la vecina de arriba, para reprenderla por arrastrar muebles, pues le deja los tímpanos hechos un asco.
Si Rita fuera desenvuelta, le declararía su amor al compañero de trabajo por el que está coladita.
Si Rita fuera pintora, haría el bosquejo de un retrato a su padre para regalárselo por su onomástica.
Si Rita fuera jueza, cambiaría cláusulas del Código Penal.
Si Rita fuera papisa, renovaría la iglesia católica para introducir a la mujer en el sacerdocio.
Pero, como Rita solo es una modesta mujer que trabaja duramente para salir adelante, ¡qué no es poco!, prefiere dejar todos los cambios al azar.  Deprimente...


SI FUERA Edelmira Linares



Si Rita fuera soltera, iría a mil y un sitios a los que hoy no puede ni plantearse ir.  Entre las obligaciones matrimoniales y los hijos, ha pasado a algo menos que un tercer puesto.  Lavar para cuatro, planchar, hacer de comer, recoger, limpiar… esa casa sin fin donde nunca hay orden, sino un desorden arraigado,
Si Rita fuera soltera, llegaría del trabajo y cuando abriera la puerta de su casa, encontraría ese silencio que tanto anhela, ese orden y limpieza impoluta, sin ninguna obligación ni deber hacia nadie.

Ahora, lo que tiene Rita es ese caos y esa locura que da un hogar con hijos pero, algún día no muy lejano volverá a tener lo que hoy desea y entonces, con nostalgia, echará la vista atrás y deseará volver a aquel tiempo tan feliz.


ENTREVISTÁNDOME Candelaria Díaz


·       Objetos que me resultan imprescindibles
Una casa, un huerto y muchos libros
·       ¿Por qué escribo?
Por culpa de Amalia con su tesón y luego Isabel
·       Un sueño que aún no he cumplido
Acampar de noche en el Valle de La Luna en el Teide
·       Cosas que amo
Amo a mi familia y demás y a mis Islas Canarias
·       Cosas que odio
Odio las guerras, el maltrato a los niños y a los ancianos




SI NO FUERA Candelaria Díaz


      
   Si no hubiera sido porque fuimos tres chicas, no habríamos podido cuidar a nuestros padres durante trece años, en su casa, turnándonos mañana, tarde y noche, con los nietos rondando por allí; ¡fue una pesadilla!, pero se lo merecían por haber creado una familia tan unida.

         En Navidad éramos unas treinta personas a la mesa.  Fue entrañable y hoy en día seguimos con la tradición, gracias a su buen hacer.  Esa fue su mejor herencia; la misma que nosotros tratamos de dejar a los que siguen.



SI HUBIERA SIDO Luisa Delgado Bello


         Si lo que le tocó vivir a Rita hubiera sido en la época presente, no hubiera sucedido. Cuando tenía ocho años murió su madre.  Su padre se quedó solo con cuatro hijos; el más pequeño  tenía seis meses.  El hombre al verse en aquella situación y con tantos niños a su cargo, se casó pronto con una chica que se puso al frente de la crianza de los pequeños como si hubiera sido su propia madre.  Los quería tanto que entregó su vida por ellos.
         Un día, Rita salió a jugar al patio que dividía la casa de una de sus tías con la suya y vio en las liñas de la ropa tendida unas sábanas que tenían las iniciales de su madre bordadas.  Cuando le preguntó a su tía por qué tenía la ropa de su madre, ésta le respondió que se las había llevado cuando su madre murió.
         Rita entró en casa llorando porque, mientras su tía tenía la ropa de su madre, ella no tenía nada con que abrigar a sus hermanos pequeños.  La chica que se había casado con su padre la abrazó y le rogó que no llorara, que toda la ropa de su dote sería para los hijos de su esposo.
         Rita vivió tan feliz con la esposa de su padre que, cada vez que se acuerda, llora recordándola.  Trató a sus hermanos como si hubiera sido su verdadera madre.
Esta es una historia real y me la contó su verdadera protagonista; aquella niña de ocho años.
Las madrastas tienen mala fama pera ésta fue una heroína.  Dedicó su vida a cuidar a esos niños y mi amiga siempre la lleva en su corazón; fue más que una madre.




AMIGO Natividad Morín




         Si no hubiera sido por su amigo, Rita no se hubiera enterado que estaba sonando la alarma.  Un hombre se había subido al balcón; intentaba abrir la puerta.
         Rita se llevó un buen susto pero se tranquilizó porque se sentía protegida por su fiel amigo, que si no hubiera sido por él, ya habrían entrado varias veces en su vivienda.
         Cuando los cacos se topaban con su compañero salían huyendo.  Imponía respeto por su tamaño y agresividad, sobre todo con los desconocidos que querían colarse sin llamar a la puerta.
         También era adorable, cariñoso y juguetón.  Por las mañanas tiraba de la ropa de la cama para que se levantara.  Rita se hacía la dormida y él lamía su cara.  Y así todos los días.

         Si no fuera por su amigo que le da cariño, compañía y la protege, Rita estaría sola hasta que llegue su media naranja.


SI YO NO FUERA YO, ¿QUÉ SERÍA…? Mary Rancel



         Si no fuera por mis padres, yo no sería yo, hubiera sido nada más y nada menos…¿qué?...¡anda!, si no puedo concebirlo; expresar la ausencia de algo no es tarea fácil.  Esto no me está pareciendo nada chulo, ¡qué lástima!, con lo divertido que aparentaba.
         Voy a inventarme algo que no fuera yo:  No sería una estrella, ¡claro que no!, estaría muy lejos; no sería una nube, tampoco, estaría muy alta; no sería invisible, ¡sí!, lo que pudiera ocurrir sería muy gracioso.  Yo podría verlo todo sin que me vieran; lograría hacer cosas que para otros resultaran imposibles, por ejemplo: ayudaría a los niños a realizar sus tareas, acompañaría a las personas que se sintieran solas, causaría risa a quienes estuvieran tristes, viajaría a países fascinantes y conocería a sus gentes y culturas pero…, sobre todo, me pondría como el quico de golosinas porque sería muy..¡glotona!.

         ¿Qué cómo podría hacer tantas cosas!  ¡huy! ¡qué pregunta tan difícil, me han pillado!.  Voy a seguir siendo yo; eso de “si no fuera” es demasiado complejo para mí.


PALABRA DE LA SEMANA = ETIQUETA . Nos la presenta Dolores Fernández Cano


         Del francés etiquette.  Una palabra que no me agrada por el uso indebido que se ha hecho de ella.  Se etiquetan las botellas de vino, las latas, los paquetes, …  La etiqueta se lleva en las grandes fiestas, en las cortes, en los palacios, en las bodas y comuniones.  Cuando recibes una invitación en la que al pie indica: los asistentes al acto deben vestir de rigurosa etiqueta; eso destroza la moral y por supuesto, el bolsillo.
         En nuestro país existe la mala costumbre de colocar etiquetas a las personas.  Te la adhieren cuando naces, no pudiendo desprenderte de ella hasta que te mueres.  La etiqueta no sólo se lleva en la ropa, hay que poseerla en el hablar, en la risa, en los modales, en los sentimientos.

          Para la belleza, el mejor cosmético es la felicidad.  Eso lo dijo la condesa de Blesington, escritora irlandesa (1789-1849)


lunes, 30 de marzo de 2015

GRACIAS, Mª DOLORES de Amalia Jorge Frías


A Mª Dolores Fernández Cano




         Hoy voz a empezar mi escrito diciendo lo importante que son ustedes para mí.  A todas las quiero, las admiro y las valoro, como escritoras y como personas.  Dejando esto claro, quiero resaltar a una en especial:
         A una que quizá, teniendo menos incentivos para luchar que las demás, es una gran luchadora; diría más aún, una gran sobreviviente.  Ella ha sabido encontrar el equilibrio en su viva, valorando lo que tiene, que es mucho: su salud, su inteligencia, su tesón, su capacidad de trabajo, y por ello da gracias a Dios, sin lamentarse, aunque algunas veces, como humana que es, añore algo de lo que no tiene.
         Quiero aprovechar este maravilloso medio del que disponemos, para decirte, Mª Dolores,  que eres imprescindible  para nosotras  y   para   esta Asociación.  Te agradecemos  tu  trabajo  y  colaboración  en  ella,  pero por encima de eso, te damos las gracias por tu ejemplo de vida, del que todas –estoy segura –sacamos más de una enseñanza y fuerzas para seguir con la nuestra propia.

         Gracias por ser como eres y estar cerca de nosotras, que te queremos como si fuésemos tu familia.