miércoles, 28 de mayo de 2014

UN POPURRÍ de Edelmira Linares.







Hoy precisamente que la profe nos dio tantas opciones para elegir el tema de la semana, se me ocurre la idea, por primera vez, de saltármelo.
Como se acerca el final de la confección del libro que estamos elaborando, me afloran cantidad de sentimientos que quisiera compartir.
Creo que estoy influenciada por la primavera que estamos atravesando, como primaveral que soy, según mi zodiaco, tengo la adrenalina alterada dando paso a muchas emociones.
Y sin más intentaré -como yo lo veo- hacer un popurrí en honor a las compañeras.
Empiezo por Caya, pues de ella cogí la idea; listísima donde las haya y al fin lo está demostrando. Elda, su hermana, más de lo mismo pero más recatada. Naty bastante reservada, aunque las mata callando, “cómplice de la policía”. Mª Dolores, me asombra su imaginación que vuela más allá del infinito. Cande, muy en silencio, sus relatos muy logrados, merece la pena, te animo a que continúes. Mary, súper imaginativa, también vuela lejos, pero vuelve, a poner los pies sobre la tierra. Paula, aunque le cuesta, lo logra con su constancia y buen humor.
Siguiendo el orden de ubicación, pasa a Carmen, gran puntal para todas, con su gran armonía, junto a Isabel forman un gran dúo y no el dinámico, ya que ellas son, una poesía.
Teresa, todo simpatía como buena andaluza, te ríes hasta de lo que quiere decir y no lo escribe. Carmen Margarita, pura dulzura, transmite paz y serenidad por los cuatro costados. Luisa, estilo propio, nos hace sentir sus vivencias como propias, me contagio de su risa, junto a ella lo paso “bomba”. Lucía, es un libro abierto, no hay tema que se  resista a su sabiduría, “puede con todo”. Elvira y sus relatos nostálgicos donde, en algunos de ellos, me veo reflejada. Milagros, encantadora, arraigada a sus raíces que tanto añora, según sus relatos. Antidia, de fuerte presencia, con relatos trágicos y de final feliz. Y termino con Amalia, vieja amiga y ahora también compañera; a ella le dedico estas palabras llenas de cariño, por el ayer, por hoy y por el mañana; como nos transmite en sus relatos, es conmovedora y sentimental, trabajadora incansable. Es un ejemplo a seguir, “por eso estamos aquí”.
Disculpen que me haya alargado pero era una asignatura pendiente que tenía para vosotras.

(Me sumerjo en este escrito que no es mío para incluir en él a quien lo firma, nuestra querida Mima, dueña de la sensibilidad que transmite en sus relatos, y de la fuerza  que proyecta ante los demás; tiene la suerte de contar con ambas).


CICLOS De Candelaria Bacallado.





Desde que ella nació, su vida no fue un mar en calma; luchó con la tempestad de la enfermedad hasta cumplir los diez primeros años de su vida. En la adolescencia, su barco encalló en la profundidad de un océano, escapando de ese naufragio gracias al valor y la fortaleza de la amistad.
Ya en la juventud, cuando parecía que su mar estaba en calma, otra vez se repiten, como ciclos, esas tempestades en su vida, haciendo que la lucha sea más dura.
Pero como siempre, un nuevo amanecer da un rumbo positivo al desgaste de tanta lucha, haciendo que en la madurez, Hortensia haga retrospección, mirando su mar, hoy en relativa calma y sabiendo que los ciclos pueden repetirse.


AYER Y HOY De Amalia Jorge Frías.





En estos momentos que, por los avatares de la vida, me ha tocado organizar muchas excursiones; ¡cómo me acuerdo de las de mi infancia!, cuanto las valoro; quizás por su pequeñez y sencillez; ¡qué grandes eran para mí!.
Recuerdo los domingos, cuando al terminar de almorzar, mi madre preparaba unos bocadillos, algo de fruta y un par de botellas de la casera y nos decía, nos vamos de excursión a La Laguna, al Camino Largo, y nos íbamos los cuatro con nuestros bolsos, dispuestos a respirar aire puro y a saborear una merienda cena.
La mitad el tiempo lo perdíamos en las guaguas y llegábamos a casa de noche, cansados pero dichosos, por haber disfrutado de una tarde de excursión.
Qué poco se necesitaba entonces para ser felices, qué distinto a ahora: lo primero, hay que tener un buen sitio en la guagua y mejor en la parte de la ventana, una buena comida, un poco de baile y cómo no, ir siempre a sitios diferentes, sin repetir, y si falla alguno de estos atributos, ya no disfrutamos del día.
Y lo peor es que, con nuestra actitud, contribuimos a que los demás tampoco disfruten y desmotivamos a las personas que han puesto su ilusión y sus energías en preparar un día de excursión.




PROHIBIDO De Milagros







Una familia importante y bien avenida, aparentemente, tenía dos hijos varones y una niña que, como es de suponer, era el ojito derecho de su padre. Un día, éste se entera de que su hija está saliendo con un chico, también de familia bien, pero no le parecía bueno para su ojito derecho, entonces habló con su hija y le dice que le quedaba totalmente prohibido tener relaciones más allá de las de amigo, con este joven. La hija, como es natural en estos casos, siguió saliendo con su chico pues decía estar totalmente enamorada y que era el hombre de su vida. Así, escondiéndose, los chicos seguían juntos, por lo que el padre tenía que hablar seriamente con su hija y contarle que de ninguna manera podía seguir adelante con esa relación ya que ese joven era su hermano, engendrado con otra mujer, al mismo tiempo que ella con su madre. ¿Entiendes esto?, por eso esta relación está prohibida mucho antes que empezara.



MI TIERRA Y YO. De Mary Rancel






Nuestro archipiélago, se despierta el día treinta de mayo gozoso, radiante y lleno de energía. Se conmemora el día de Canarias, una de las jornadas más significativas de la región, que se festeja ¡por todo lo alto!.
¡Soy canaria de pura cepa!, concretamente de la isla de Tenerife; ella ha sido mi cuna, en ella he vivido, he crecido, me he formado como persona, he trabajado…., me ha hecho sentir emociones encontradas, tranquilidad, inquietud, alegrías y tristezas.
Mi tierra y yo hemos desarrollado una simbiosis natural y propia. Disfrutamos con las mismas cosas: adoramos al mar que nos rodea, al sol que nos calienta, al cielo que nos ampara, al Teide que nos vigila y guarda, al territorio que nos nutre y alimenta, a la noche que nos envuelve….
Admiro a cada una de las islas que componen el archipiélago. Me siento afortunada por haber tenido la suerte de disfrutar de su individual hechizo. Todas son dueñas de un encanto diferente.
La hospitalaria tierra que nos cobija, nos regala un clima ideal, paisajes sugerentes, playas de fina arena, una flora envidiable y una fauna variable y mansa…¡No se puede pedir más!
Felicito en el día de Canarias a todos los canarios, a los presentes y a los ausentes de nuestra tierra, así como a las personas foráneas, que de corazón, aman a estas  extraordinarias islas.


PINCELADAS De Antidia Iraida.





En aquel lugar, con toda la naturaleza en su esplendor, el verde predominaba salpicado con chispas de color; allí nació la princesa Anira. Para sus padres y abuelos así lo era. Anira fue la segunda hija en llegar, la primera la llamaron Estrella Fugaz por el poco tiempo que estuvo en este mundo, por eso cuando Anira llegó, todos se volcaron con ella, pues cualquier enfermedad se complicaba, más cuando no había médico en el lugar. Familiares y vecinos tenían que elevarla por caminos inhóspitos a otros pueblos, a una pensión que hacía de Hospital, donde el médico iba a ver a sus pacientes. Anira, descendiente de Fernández de Lugo y del pirata Pata de Palo, pero por otro lado una guanche; “Aurita”, con todo el sentir Guanche Benohare, allí donde las mujeres lucharon como nadie, como Guayanfanta o Aridane; éstas son sus referencias, dispuestas  a todo antes de rendirse, esa es la fuerza de Anira, heredada de  sus antepasados, porque la historia es la historia y no se puede ocultar.
Anira vivía con su madre y abuelos. Su padre estaba en las Américas, ella era feliz en su mundo de niña. Sus abuelos, Modesta y José, eran extraordinarios. ¡Qué dicha tenerlos!. Su abuela; manos de seda amor, ternura, sabiduría. Su abuelo; amor a raudales y paciencia, aquél bigote como el de Dalí nunca lo podrá olvidar. Los cuatro hacían un cuarteto muy especial. Pero a los cuatro años se rompió, su abuelo se fue y ella supo que no le vería más, ¡que vacío!.
Cuando tenía siete años, su padre regresó, ya no era una foto ni una carta, estaba allí, cargado de cosas y una muñeca más grande que ella, pero aquella dicha sólo duró cinco meses, se fue de nuevo, dejándose atrás unos pantalones que ella se ponía porque había captado que él hubiera preferido un niño.
El tiempo pasó y, dos años después, su abuela enfermó y también se fue, se fue preocupada por Anira, no quería dejarla sin su protección, encomendó a dos de sus primas su cuidado. Anira se quedó con su madre. Las dos se cuidaban una a la otra. Pasaron dos años y su papá regresó, ¡qué alegría!, ella no sabía que regresaba pero supo que llegaba antes de hacerlo.

Pero la alegría cambió, ya no era igual, ella notaba  una cierta incomodidad que le afectaba y de princesa terminó de cenicienta, pero la fuerza y el tesón todo lo puede y aquello lo remontó y fue feliz de nuevo.


PROHIBIDO De Candelaria Díaz.





Desde aquel momento, quedó prohibido para siempre. Claro que aquella prohibición había empezado a fraguarse mucho antes, cuando pensaron dar vida a nuestra tierra, y en un lugar paradisíaco, crearon un jardín con un huerto con toda clase de frutas, y allí solitos y sin ropa alguna estaban ellos. ¡Y vino la primera prohibición!:  coman de todo menos manzanas.
La fruta de ese árbol era para sentir gran deseo: rojita, apetitosa, y la Eva cogió una e invitó a Adán y él ¡privado!. Los dos disfrutaron por igual de los primeros fuegos artificiales de la historia.
Y de pronto, el señor conciencia le gritó a la mujer: ¡parirás con dolor y lo que comas será con sudor!, y el hombre, con la misma culpa, se va de rositas, ¡cómo son los machos!.  Si soy yo, le hubiera dado un higo pico sin pelar.


PROHIBIDO De Dolores Fernández Cano





Desde aquel momento, quedó prohibido para siempre. Claro que aquella prohibición había empezado a fraguarse mucho antes, cuando dos meses atrás, les comunican que se preparen para recibir una visita muy importante, y que por tal motivo, deben someterse a ciertas prohibiciones.
Napoleón, desde el recibo de la noticia, cumple todo a rajatabla; todos los días vigila que la estancia se encuentre limpia. Ha prohibido terminantemente los corrillos, ordena a todos que se comporten, que eviten sonidos innecesarios. Se ha vuelto más meticuloso, más ordenado. Sin esperarlo, ha aflorado en su interior el sentimiento de la responsabilidad. Antes de retirarse al descanso vespertino, somete su garganta a un riguroso gargarismo, para así, por las mañanitas, despertar a sus compañeras con su dulce melodía. Su anhelo es que, a la nueva huésped, le agraden sus gorgoritos y decida quedarse para siempre.
El joven coro de voces mixtas, entonando sus alegres píos, píos, suplica a Napoleón que le adelante quién es esa relevante visitante que está cambiando el ritmo de sus vidas, al mismo tiempo, que los martiriza con tantas represiones.
Después de mucho pensarlo, el gallardo Napoleón decide revelarlo, con un tono misterioso exclama, - la gran Lady que nos va a visitar, es la gallina de los huevos de oro. ¡Quiriqui, quiriqui, cómo me voy a lucir!...,y….colorín, colorado, aquí termina el cuento del gallo Napoleón, que cree que las prohibiciones, hay que cumplirlas.




PROHIBIDO De Natividad Morín.






Desde aquel momento, quedó prohibido para siempre. Claro que aquella prohibición, había empezado a fraguarse mucho antes, cuando eran novios y estaban a punto de casarse.
Los dos comentaban que antes de que ella quedara embarazada, dejarían de fumar y beber alcohol, para que el bebé llegara sano. Y ahora que ya se habían casado y esperaban su primer hijo, evitaban entrar en zonas de fumadores y las comidas eran sanas, sin grasas y gracias a esas prohibiciones, ella no subía muchos kilos y el niño no engordaba tanto y a la hora del parto sería más fácil y rápido, y ninguno de los dos sufriría tanto. A partir del momento que dio a luz, quedó prohibido fumar en casa o cerca del niño.
El bebé se criaba muy bien, hasta que un día, empezó a respirar con dificultad, lo trasladaron rápidamente a urgencias. Le hicieron toda clase de pruebas y al final, descubrieron que sufría de asma.
¡No entendían; tantas prohibiciones y el final era ese! ¡Ahora, sí que quedó prohibido para siempre!

Los médicos fueron optimistas, con un tratamiento superaría la enfermedad y cuando cumpliera cinco o seis años rebasaría el asma. Los padres quedaron más esperanzados.


PROHIBIDO De Carmen Garcés






Desde aquel momento, quedó prohibido para siempre. Claro que aquella prohibición había empezado a fraguarse mucho antes, cuando desde su más tierna edad, incesantemente, escuchaba esa palabra que le frustraba, que  ponía freno a sus sueños de niña, de joven...de mujer. 
Prohibido soñar, prohibido arriesgarse, prohibido todo lo que no fuera tradicional o prudente.
Por eso,  al llegar a la edad adulta y liberarse de aquella opresión parental, Marta se prometió que, de su vocabulario y de su mente, quedaría descartada aquella palabra. Y, pese a que, para algunas de sus aspiraciones ya era demasiado tarde, eso no la detuvo; comenzó a soñar libremente,  a luchar por conseguir lo que su corazón anhelaba.
Se arriesgó, efectuó diversas transformaciones a lo largo de  su vida, algunas  beneficiosas, otras no; sin embargo, siente el orgullo de haberlas  acometido.
Hoy, en la época otoñal de su vida, percibe  la profunda satisfacción de haber vivido sin esas barreras mentales, sin el peso de aquella odiosa palabra: “PROHIBIDO”.


PROHIBIDO PROHIBIR De Mary Rancel




Desde aquel momento, quedó prohibido para siempre.  Claro que aquella prohibición había empezado a fraguarse mucho antes, cuando la bisabuela aún lo tenía en su casa, encerrado dentro de una hornacina con una puerta de cristal, siempre trancado con llave.
La hornacina se abría exclusivamente para limpiar, con mimo, el jarrón chino de la dinastía Ming. Ese jarrón que un pariente muy lejano había traído desde la lejana China y, que pasaba de generación en generación, con la prohibición de ser vendido, sólo admirado.
La bisabuela viuda y octogenaria, decidió que la joya de la casa –el jarrón chino- debía estar en poder de su única bisnieta. Ella misma lo llevó al domicilio de su heredera, envuelto en toallas, dentro de un gran bolso.
Al llegar, lo sacó con una lentitud desesperante, quitando cada una de las toallas afinadamente, al final salió a la luz el jarrón prohibido. La sucesora no se lo esperaba; al verlo, no salía de su asombro.
-¡Pero abuela…! ¿Qué estás haciendo?, ¿Cómo has podido tener el valor de sacar el jarrón de su vitrina?; ¡no me lo puedo creer! ¿te pasa algo...?
-¿Qué me va a pasar, cariño?, pues nada, deseo que lo tengas en tu poder, y lo disfrutes como lo he hecho yo y todos mis antecesores... El día de mañana debes traspasarlo a tus descendientes.
La bisnieta -aún sorprendida- lo cogió con tanta delicadeza en sus manos que el jarrón cayó al suelo haciéndose añicos. La bisabuela quedó petrificada, luego, reaccionó y, con risa nerviosa, exclamó:
-¡Se acabaron las prohibiciones!, ¡este dichoso jarrón nadie lo ha disfrutado! Sólo mirado a través de un cristal, ¡menuda herencia te iba a dejar!, además..., con el estigma de la prohibición. A partir de ahora, ¡¡¡¡Prohibido prohibir!!!!.
La bisnieta recogió los cascotes y los tiró a la basura, sin nostalgia alguna por la pérdida de la joya de la familia.




COMO PIEDRAS de Luisa Delgado Bello





No sé si es una percepción personal o realmente, de un tiempo a esta parte, se han incrementado las llamadas telefónicas de las empresas que intentan venderte sus servicios o sus productos. En mi caso muchos de esas se producen de noche.
Aunque considero  que la hora no es la más adecuada, lo peor de todo es la insistencia de los  tele-operadores. No basta con que le digas repetidamente que no te interesa lo que están  ofreciendo, ellos siguen con su discurso como si tú no existieras.
A menudo me he visto obligada a colgarles. Es el único camino para que paren.
Imagino que son los responsables de las empresas los que les obligan  a llevar a cabo estas prácticas. Con estas líneas me gustaría dejar claro que resulta muy molesto para el consumidor. Son pesados como piedras.





PROHIBIDO de Antidia Iraida.





Desde aquel momento quedó prohibido para siempre, claro que aquella prohibición había empezado a fraguarse mucho antes, en el momento en que el señor Pérez se le había ocurrido soñar una tontería, una forma de perder el tiempo, a lo que su hijo Juan no le encontraba explicación y le contestaba que el tiempo era suyo, que eso no le impedía hacer sus tareas.
Pero al señor Pérez nadie lo podía convencer, éste decía que si soñaba las neuronas se hacían agua y se iban al mar y desaparecían, pero un día el señor Pérez, al levantarse por la mañana comentó, “anoche soñé que volaba y llegaba tan alto que  no veía la tierra, Juan lo escuchaba, ¿papá, cómo dices?, no habías dicho que soñar estaba prohibido?, has fallado a tu misma prohibición, te has desobedecido a ti mismo, ¿cómo voy a confiar en ti ahora?.
El señor Pérez se disculpaba, hijo yo estaba dormido y no controlaba mi mente, pues eso es peor papá, pues despierto controlas lo que sueñas y dormido no puedes, qué haces si sueñas cosas malas y te contagias. El señor Pérez no supo que contestar y se quedó meditando un rato, al tiempo cuando le volvía a preguntar, ¿qué papá?. Bueno, hijo, he pensado que tienes razón. Sueña con moderación sin que los sueños se apoderen de ti.
El prohibir no vale de nada, más tarde o más temprano, todos terminamos por hacer algo queriendo o sin querer de aquellas cosas que están prohibidas, si por el contrario inculcamos buena conciencia, lo prohibido ya no tendrá tanta importancia, ya que lo que más se prohíbe más atrae.




lunes, 26 de mayo de 2014

RELATO GANADOR DEL PRIMER PREMIO DE NARRATIVA HERTE 2013

EL REENCUENTRO  de  Lilia Martín Abreu




Ella caminaba sin rumbo, dejándose guiar por la inercia, como si fuera una hoja seca que el viento moviera a su antojo.  Al pasar junto a un escaparate, lo vio.  Su imagen se dibujaba tras el cristal.  El corazón aceleró sus pulsaciones al tiempo que ella abrigaba una nueva esperanza.  Acto reflejo, se acomodó el pelo, humedeció sensualmente sus labios y se adentró en el establecimiento, con paso firme y seguro.  No parecía la misma que, segundos antes, cual veleta, movía el viento.
Con la mirada, dio un rápido repaso a su alrededor, buscando su presencia y…¡allí estaba él! con su figura encumbrada y elegante; una edad indeterminada; una personalidad arrolladora…
Ella se acercó lenta y seductora.  Ambos se fundieron con la mirada y …no hicieron falta palabras.  El silencio era su mejor aliado.  Tras el reencuentro, tomados de la mano, y amparados en el atardecer, emprendieron juntos el camino hacia el refugio de su habitación y, entre sábanas, consumaron su amor.
Ella, afanada, recorría su cuerpo, admirando su perfección, dejándose llevar por la fragancia que él rezumaba. Él, mientras tanto, le ofrecía toda su experiencia y conocimientos y…, juntos,  de aquel modo, los días siguientes, vivieron momentos inolvidables, viajaron a lugares imprevisibles…, solos los dos: bajo las estrellas, sobre la hierba, encima de la mesa, a la luz tenue del escritorio, en cualquier parte, a cualquier hora que el tiempo le dejara libre… 

Estar juntos era siempre un acto de amor.  A ella no le importaba su edad, ni su credo, tampoco su color, ni su forma; lo único que le interesaba y le fascinaba de él, era leerlo, y leerlo, porque… leer, para ella, siempre era un auténtico placer…