miércoles, 15 de febrero de 2012

MANOS de Edelmira Linares

MANOS  

Las manos son una parte de nuestro cuerpo tan importante como las demás ya que Dios nos las ha dado en conjunto, para nuestra supervivencia.  Voy a hablarles de las mías.  Sin saber la razón, siempre las he admirado, incluso es la parte de mi cuerpo que más me agrada.  Creo que tal vez sea por el gran parecido que tienen con las de mi abuela y las de mi padre; largas y lentas pero, a la vez, hábiles y seguras.  La habilidad la da la experiencia que mueve el motor de nuestra vida.  De ese modo, después de que mis manos pasaran desapercibidas hasta la adolescencia, obtuve el diploma en Corte y Confección.  Por un tiempo realicé este trabajo con ilusión y agrado hasta que me di cuenta de que era muy sacrificado y poco remunerado.
Luego, casi sin darme cuenta, hubo un giro en mi vida y surgió una nueva actividad por la cual doy gracias a Dios que así pasara.
Mis manos seguían jugando un factor primordial.  Me ayudaban a expresarme y a realizar el trabajo con tanta destreza y seguridad que parecía que jugaba; ¡era todo lo contrario!.  Creo que aquí jugaba a mi favor el hecho de ser ambidiestra.  Podía realizar la actividad con la misma agilidad usando una mano o la otra.
En la actualidad, intento plasmar en el papel pensamientos y experiencias, cosa que creía casi imposible, hasta que un día no muy lejano conocí a Isabel, la cual es ahora nuestra profesora y me transmitió el impulso suficiente para intentarlo, por lo cual le estaré siempre agradecida.


MI PADRE de Mary Rancel

MI PADRE 

Mi padre es para mí el mejor del mundo.  Todo lo que pueda decir sobre su persona me parecerá poco.  Es un compendio de valores humanos: bueno, cariñoso, discreto, generoso, caritativo y humilde…  Podría continuar con los calificativos hasta el infinito y no terminaría.  Seguramente tendrá defectos como todos los humanos pero, pasan desapercibidos entre sus virtudes.
Nació en San Miguel de Abona en el año 1917 (ha llovido mucho desde entonces).  Es una persona de carácter apacible, agradable y sincero; muy trabajador, un manitas para todo y con una memoria prodigiosa.  Según me ha contado, fue a la escuela hasta los catorce años pero, no todos los cursos los completó.  Cuando hacía falta su ayuda en las labores del campo o cuidar de los animales, su padre lo sacaba del colegio para que le ayudara durante el tiempo que fuera necesario.  Desde que cumplió los quince años, tenía que ir, junto a sus primos, a Las Cañadas del Teide, con una mula y un camello (iba a la grupa de la mula pero, regresaba caminando).  Los animales volvían cargados, a veces con pasto y hierbas, otras, con leña, piñas de pinos, pinocha y hasta carbón para las tareas domésticas.  Salían de madrugada y regresaban por la noche.  Trabajaba mucho pero, no se quejaba porque se sentía feliz y útil.  Era el cuarto hijo de cinco hermanos y el único varón.
Su mayor afición: la lectura.  Ama la geografía y la historia sin descartar otros temas.  Ahora no puede leer; perdió la visión en un ojo y, del otro sólo le queda un catorce por ciento.  Aún así, lee los titulares del periódico y le gusta informarse de las noticias por medio de la radio y la televisión.
Cuando tenía diecinueve años, le movilizaron para ir a la guerra civil española.  Le enviaron a la península en un barco y allí le asignaron a un batallón de infantería.  Hizo tres meses de instrucción y luego lo destinaron a Valladolid como monitor, a dar clase a los cadetes, donde estuvo cuatro meses.  Más tarde, lo trasladaron a una compañía donde la mayoría de los soldados eran italianos (aliados de Franco).  Allí aprendió a hablar italiano y, pese al tiempo transcurrido, lo recuerda.  Con respecto a la guerra, siente orgullo por no haber dado ni un disparo a nadie.  Siempre estuvo en la retaguardia.  Llegó a cabo primero.
Al regreso de la guerra, se quedó en un cuartel en Tenerife cuatro años más, entre el Médano y Adeje; los días de fiesta podía ir a su casa si no tenía guardia.  Por aquella época conoció a su novia, la que años después sería su esposa y luego mi madre.
Mi padre ha sido un baluarte muy importante en mi educación, le debo casi todo lo que soy.  Está viviendo conmigo desde el año 2007, en el que falleció mi madre.  Por supuesto, es para mi una bendición.  Ahora tengo la oportunidad de devolverle un poquito de lo que él con tanto cariño y desinterés me ha dado y seguirá dándome mientras viva.  El hombre que me dio el ser, para mi un ejemplo a seguir y el espejo en que me miro cada día.




LAZOS de Natividad Morín

LAZOS  



Los lazos que unen a dos personas, a un hombre y a una mujer, a veces se deshacen.  Pero cuando se tienen hijos, esos lazos son indisolubles.  Hijos, padres y hermanos están siempre ahí, y jamás se desatan los lazos que los unen.

Otros lazos son los que me ponía mi madre cuando me peinaba con trenzas.  Subía las trenzas y las ataba con un gran lazo que parecía una paloma blanca encima de la cabeza.  Con esos lazos y los que adornaban los vestidos de las niñas, estábamos guapísimas.

EL DESTINO de Elda Díaz

EL DESTINO  



El destino empieza cuando naces y te persigue hasta el fin de tus días.  Hay épocas en las que el destino está de tu parte; cuando te enamoras y te casas, cuando nacen los hijos.  Vienen los niños y son maravillosos.  Fueron seis y no me gustaba que crecieran.  Mi hija me decía “Mamá, pues emborráchenos y así nos quedamos enanos”.  Pero la vida hizo que estirarán, maduraran y se hicieran mayores.  Ya tengo ocho nietos.
El destino te juega malas pasadas algunas veces, también a mi me ocurrió: se fueron mi esposo, mis padres y otros familiares.
No podemos ir en contra de nuestro sino. Debemos resignarnos pues no podemos hacer nada frente a él.

EL DESTINO de Elda Díaz

EL DESTINO  



El destino empieza cuando naces y te persigue hasta el fin de tus días.  Hay épocas en las que el destino está de tu parte; cuando te enamoras y te casas, cuando nacen los hijos.  Vienen los niños y son maravillosos.  Fueron seis y no me gustaba que crecieran.  Mi hija me decía “mamá. pues emborráchenos y nos quedamos enanos”.  Pero la vida hizo que estirarán, maduraran y se hicieran mayores.  Ya tengo ocho nietos.
El destino te juega malas pasadas algunas veces, también a mi me ocurrió: se fueron mi esposo, mis padres y otros familiares.
No podemos ir en contra de nuestro sino. Debemos resignarnos pues no podemos hacer nada frente a él.

martes, 14 de febrero de 2012

LAZOS de Edelmira Linares García

LAZOS  

En la vida uno va aprendiendo con los años y las vivencias.  A veces se necesita pasar por un mal trance para poder aprender de nuestros errores.  Así es la vida, hay que vivirla y con ella, ganar en sabiduría.
Lo mismo pasa con la familia.  Uno no elige en cual nace pero, yo siempre digo que no se debe renegar de ella; es la que te ha tocado y punto.  Por otro lado, están las amistades que esas sí las puedes elegir y así decidir quienes te interesan y quienes no.
A lo largo de mi vida ha pasado mucha gente.  A algunos los recuerdo con cariño y me pregunto que habrá sido de ellos, otros pasaron tímidamente y no dejaron huella alguna.  También están aquellos a los que doy gracias porque ya no están pues fueron una lacra que prefiero olvidar.
Al final quedan las buenas amistades, las que están para lo bueno y para lo malo, que con sólo una mirada saben lo que estás sintiendo.  Por eso digo que un buen amigo es un hermano sin lazos de sangre y por lo tanto la amistad es un parentesco que une casi más que la familia.

MANO DE AMOR Y FIRMEZA de Mary Rancel

 MANO DE AMOR Y FIRMEZA


La mano del maestro o maestra, que nos enseña, guía y orienta, es una que debemos elegir.  Si el educador es inteligente nos llevará por el buen camino y, aprenderemos a luchar en la vida sin violencia.
Yo he tenido la suerte de encontrar la mano amiga, la que ha sabido comprenderme y apoyarme en casos de angustia y desanimo (que los he tenido).  Le estoy muy agradecida.
Presupongo que la mano o manos que me han guiado en la vida, han sido las adecuadas; yo estoy encantada de lo que soy y cómo soy.  Seguramente podría ser mejor pero, me conformo.  A estas alturas de la vida no voy a pedir ningún sobresaliente.

MI ABUELA de Candelaria Bacallado

MI ABUELA  




            Cuando pensé en escribir sobre mi abuela, las palabras fueron fluyendo como de un manantial.  No porque yo tenga esa facilidad, sino que su recuerdo perdura en mi memoria, tan fresco como si no hubiesen pasado los años y ¡sí qué han pasado!: ya son cuarenta y cuatro años.
            Ella fue muy importante para mi.  Era muy inteligente, religiosa y derrochaba ternura, no sólo con su familia y amistades.  Era natural en ela y lo era con todo el mundo.  Yo tuve la suerte de vivir a su lado dieciséis años de mi vida.
            Nació en el pueblo de Tejina y fue la mayor de siete hermanos.  Quedó huérfana de padre a los catorce años y a esa edad dejó de estudiar para ayudar a su madre en la panadería que tenían.  En aquel tiempo, se amasaba el pan a mano, con la carga de trabajo que esto suponía, a lo que se añadía además atender a sus hermanos.
            Todo esto hizo de ella un ser especial, trabajadora, humilde y muy espiritual.  Se casó a los diecinueve años y empezó su nueva vida en la casa de sus suegros.  Me contaba que le costó adaptarse porque no sabía las costumbres de la nueva casa.
            De esta forma continuó su vida.  Tuvo dieciséis hijos, de los que sobrevivieron nueve.  Simultaneaba las labores de la casa con la costura; cosía ropa de hombre.
            Cuando los hijos se fueron casando, se cambiaron de casa, a otra en el mismo pueblo, donde tenían una venta.  En esa casa pasé yo esos años a su lado.


            Murió a los ochenta y siete años y lo hizo tal cual había vivido; sin ruido, sin grandes cosas pero sí con el cariño de sus hijos y nietos.
            Con esta semblanza, he querido hacerle un homenaje a su recuerdo que, en mi corazón está perenne.


AUTORRETRATO de Dolores Fernández Cano

AUTORRETRATO  


¿Cómo soy?: tímida, tranquila, prudente, responsable, trabajadora.  Sé que no soy perfecta, que no soy bella pero, me siento bien  y me quiero muchísimo.  Sé que estoy sola pero, siento agradecimiento y júbilo por ser como soy.  Acepto todo lo que he creado para mi.  Estoy dispuesta a aprender cosas nuevas porque no lo sé todo.  Me siento totalmente a gusto y en paz.
¿Qué me gusta?: caminar, leer, el cine, el teatro, la música, el sol, la noche, la luna. Gracias a esta Asociación Flores del Teide, descubrí que me gusta bailar.
¿Qué no me gusta?:  lo de siempre, lo clásico como, la mentira, las palabras mal sonantes, la injusticia.
Me gustaría terminar con este autorretrato, recordando el pequeño fragmento de una famosa y hermosa canción que dice así:

“…gracias a la vida, que me ha dado danto”.


LA PRIMERA MUÑECA de Candelaria Bacallado

LA PRIMERA MUÑECA   


Tendría cinco años y aún creía en los Reyes.  Recuerdo que en aquel tiempo, las cosas no estaban como para dejar regalos de Reyes pero, a eso de las once de la noche, llegó mi tía pensando que yo dormía.   Escuché como le decía a mi madre:
-         La niña está dormida ¿no?
Dejó una gran caja que yo abrí por la mañana, con ilusión pero aturdida porque nunca había tenido una muñeca y ésa además caminaba.
De esa forma  me enteré que los Reyes no existían pero la desilusión por el descubrimiento casi se desvaneció al ser superada por la gran alegría de tener en los brazos mi primera muñeca.

LA RECETA PARA UNA VIDA de Mary Rancel

LA RECETA PARA UNA VIDA  


La receta para la vida es creadora de sueños o de pesadillas; comparable a una de cocina.  Los mismos ingredientes pero de otra variedad.
Esta incomparable y original receta, según el momento, puede ser dulce, acariciadora y sugestiva: esto ocurre en los instantes bonitos y plácidos de la vida pero…, no siempre es así.  A veces existen períodos desagradables, desapacibles e ingratos.  Los componentes de la fórmula, aunque sean los mismos, nos resultan amargos, ácidos, agrios…
El estado de ánimos marca el sabor de la vianda.  Cuando las cosas las vemos de color de rosa, todo nos gusta y nos parece maravilloso.  Sin embargo, hay ciclos en que la vida nos pone a prueba, lo vemos todo negro; entonces, lo bonito se transforma en pavoroso, el paladar no puede saborear los manjares y todo lo que antes era bueno, se trueca en insípido y desabrido.
Es muy acertada la expresión que dice que “todo es del color del cristal con que se mira”.  Por suerte. tengo la virtud de pasar página a lo desagradable que me ha impuesto la vida y recordar con cariño lo mejor que me ha dado.


UNA RECETA PARA LA VIDA de Candelaria Bacallado

UNA RECETA PARA LA VIDA  

Con el paso de los años y la experiencia que vamos adquiriendo, nos damos cuenta de cómo nuestra mente los atrapa.  Pensando siempre en pasado, tratando de entender desde el ahora, emociones, desilusiones, ofensas…, todo aquello que hemos vivido.
Al pensar de esa forma, no tenemos la misma percepción de esos acontecimientos.  Sí el recuerdo de cómo nos afectó, más lo añadido con los años: carencias, dolor, frustración…
La mejor receta sería vivir el momento presente, trascendiendo lo negativo; aprendiendo la lección positiva de todo lo vivido.  Claro que esto no es fácil pero, cada día tenemos la oportunidad de intentarlo

LA RECETA DE LA VIDA de Dolores Fernández Cano

LA RECETA DE LA VIDA   


La vida es un poco complicada.  Se piensa que no tiene sentido pero hay que luchar para salir adelante.  Existe un aforismo tibetano que dice: la vida es lo que hacemos de ella.  Si la comparamos con el arte culinario, he aquí una receta con unos cuantos ingredientes para sobrellevarla:
750 gr de pacienca
500 gr de amor
500 gr de alegría
400 gr de ilusión
250 gr de esperanza
300 gr de confianza
y una pizca de salero

Como postre un chupito de buena voluntad.

Ya solo me queda desearles buen provecho.

RECETAS de Elda Díaz

RECETAS  


Tenemos una pequeña finquita en Arafo donde solía reunirse la familia entera los domingos, cuando aún todos estaban por aquí. Hacíamos la comida: arroz, judías negras, picadillo y fruta.  Más tarde, ya en la tarde disfrutábamos de un chocolate y juntos lo pasábamos muy bien.
Después, el destino quiso quitarme a mi esposo, a mis padres y a mis cuñados, ¡qué le vamos a hacer!.  Seguimos yendo a la finca: yo todos los fines de semana y cuando hay cumpleaños, el resto de la familia se reúne allí.  Todos, sobre todos los niños se lo pasan bomba en ese lugar tan especial.


LA RECETA de Lucia Hernández

LA RECETA   


La palabra receta, igual que casi todas las palabras del idioma español, tiene distintos significados según el sentido de la frase.
Si yo digo: fui al médico y me recetó un antibiótico, se ve claramente que la palabra receta se refiere a un criterio que el médico ha tomado para curar mi enfermedad.  Si este médico es de la Seguridad Social, bien pero…, si vas a un médico privado, aunque sea la misma receta, te parecerá diferente porque para éste tienes que llevar la cartera bien llena.
Hay otras frases donde vemos la palabra receta, por ejemplo, si vemos en la televisión a Arguiñano dando recetas de cocina, éstas tienen mejor sabor.
Si vamos a La Palma, también podemos encontrar las que hay por allí, por ejemplo la del bienmesabe que lleva almendras, azúcar, leche, canela, limón; y también el frangollo que es típico de allí, sin olvidar el rico queso de almendras.  Buen provecho.

RECETA DE PAREJA de Edelmira Linares García

RECETA DE PAREJA  

Ingredientes principales:
100 gr de cariño
200 gr de pasión
100 gr de amistad
200 gr de ternura
300 gr de comprensión
100 gr de respeto
más o menos 500 gr de paciencia

Elaboración:
Se unta bien el bol con los 100 gr de cariño, no puede faltar, si no la mezcla se pega.  En un recipiente se une la pasión, la amistad con la ternura, la comprensión y el respeto.  No debe faltar ningún ingrediente porque si no quedaría soso e insípido y correríamos el riesgo de que se corte la mezcla.
Sin dejar de remover, ponemos el ingrediente principal, que no es otro que la paciencia.  Cada uno pone la cantidad que estime conveniente pero, por experiencia, es mejor que no falte; por eso es recomendable como mínimo los 500 gr.
Todo al horno, previo calentamiento, a temperatura máxima, unos veinte minutos. 
Consejo:  se puede aderezar con sal y pimienta a gusto de cada uno. También se puede añadir una pizca de canela para potenciar el sabor.


AROMAS DE MI NIÑEZ de Amalia Jorge Frías

AROMAS DE MI NIÑEZ  


Mi madre era natural de Fasnia, uno de los pueblos más agrícolas del sur, donde todo lo que se cultiva es bueno y de calidad.
En las vacaciones de verano, yo pasaba grandes temporadas con mis abuelos; así fue como, desde pequeña, empecé a conocer el campo.
Muy temprano, por la mañana, mi abuela me decía, coge el cesto, vete a la huerta y trae dos zanahorias, un bubango, unas cuantas habichuelas, un manojo de espinacas y una cebolla y así, todos los días.  Yo me preguntaba ¿por qué tengo que ir siempre? y ya que voy ¿cómo no lleno el cesto?. Pero mi abuela insistía, trae solamente lo que necesito para hacer el potaje de hoy.
Cuando terminaban las vacaciones y regresaba a mi casa, le decía a mi madre que la comida de mi abuela era mejor.  Ella sonreía y me explicaba que el campo da mucho apetito y la comida se valora más.
Aunque ha pasado bastante tiempo, sigo percibiendo los aromas de los guisos de mi abuela, para los que ella no necesitaba ninguna receta.  Su único secreto era la rapidez con que iban los productos que yo traía, de la huerta a la cocina, y el gran amor que ponía en todo lo que hacía.