viernes, 6 de febrero de 2015

¡CHE, CH! Mary Rancel



La muchacha chica, que era china, preguntó a su chacha por qué había tantos chinos en China.  La chacha le dio un achuchón y le dijo:
- ¡Chitón, Chicha!, cháscate las chuches y chúpate el chupa chups; son de un chollo que salió en las chapas que abrí de un chasco.  En cuanto me duche, en un ¡chas!, nos vamos a Chiclana para ver a mi chatungo chiclanero.  Nos espera en el bar Chuchurunveque.  No quiero que se me chafe este chiflado chicharrón del sur.  ¡Ah! Existimos tantos chamos chinos porque nacen muchos chinitos en China.



LA MANZANA Candelaria Díaz




Me he casado, no hay vuelta atrás, por fin voy a estar a solas con mi preciosa novia, eso no es normal en estos tiempos que corren, a la llegada al hotel está indispuesta, ¡descansa un ratito Cari y se te pasará!.
Salgo al balcón a fumar, miro la luna, la calle está tranquila y de pronto, una chica me está mirando. Me fijo bien y me entra un telele, ¡Dios mío, es un romance mío!, algo tenía que hacer cuando Cari no  me ofrecía la manzana...

¡¡Buena la que se va a armar!!, menudo pollo va a montar esta lunática ¡Dios, me coja confesado!.




miércoles, 4 de febrero de 2015

LA NOVIA LUNA Elda Díaz.






La novia está enferma, nunca sospechó que en su luna de miel se iba a poner así, ¿cómo iba a imaginar que,  después de casarse fueran a envenenarla?. En el jardín había escuchado una conversación sin querer. Ella, la presunta asesina -al menos lo intentó- quería  a su marido, y la mejor forma era quitarla del medio. Esperemos que la cojan a tiempo y la novia Luna se ponga bien pues quiere mucho a su marido y no tiene ganas de perderlo.

¡AY DE MI LUNA LUNERA! Mary Rancel.




Contraje matrimonio hoy por la mañana, ha sido con la mujer de mi vida.
La ceremonia fue íntima pero muy emotiva.
Terminado el sencillo ágape de bodas, nos trasladamos en coche al hotel elegido. Durante el trayecto, mi  flamante esposa comenzó a encontrarse mal, con escalofríos  dolor de cabeza y malestar general. Una vez tocamos nuestro destino, la visitó el médico de la firma hotelera, le recetó analgésicos y somníferos. Pronosticó que mañana estará perfectamente.
Mi consorte, toma el calmante y se acuesta a descansar; cuando advierto que está adormilada me acerco a la terraza de la habitación para airearme un poco; miro hacia la calle y veo una mujer en la acera de enfrente paseando con nerviosismo sin dejar de mirar al edificio del hotel, de pronto, su mirada y la mía se chocan, al hacerlo, ella exclama gritando: -¡Por fin te encuentro! ¿Vas a saber quién soy yo!, ahora que te tengo ubicado subo para darte tu merecido. ¡Ingrato, mezquino, mal hombre!!
La dueña de mi corazón, desde el lecho me pregunta que está pasando y rápidamente le indico:
-Nada cariño, el colindante de la habitación de abajo me pide que le ayude con la cremallera de su maleta, se le ha enganchado una prenda de ropa. Bajo un momento a ver si puedo solucionarlo; soy muy manitas, tú lo sabes. Le di el somnífero y un beso comentándole. –Estaré de vuelta enseguida mi amor-.
Salí del pasillo con el terror metido en el cuerpo; telefonee a recepción dando la descripción de la mujer. Expuse, que se trata de una persona paranoica; pedí que no la dejasen subir a mi habitación, porque la muy histérica, es muy capaz de montar un pollo.
-Tendré en cuenta su petición. Afirmó el empleado solícito, añadiendo:
-No se preocupe por nada.
Exhalé un suspiro de alivio y me pregunté: -¿Qué sería de mi  luna de miel y mi matrimonio, si esa chiflada compulsiva entrara al hotel soltando por su boca de víbora lo pasado entre nosotros tiempo atrás?  Mejor no pensarlo.




LA LUNA. Natividad Morín.





¡Qué mala suerte, mi amor, que te pusieras enferma, en plena luna de miel!, pero no te preocupes, cariño descansa para que te recuperes!, voy al balcón un rato, para tomar el aire!, le dijo el novio.
 Salió a la terraza. Desde allí, tenía  una panorámica de todo el entorno. Se entretuvo mirando a las gentes que pasaban por la acera.
Se fijó en una chica, se la veía nerviosa, le resultó conocida. Entró en el salón a buscar las gafas, se las puso y salió para ver a la joven, le dio un vuelco el corazón. ¡Dios, es ella, la chica que conocí en la despedida de soltero! ¡Se encaprichó conmigo, sabiendo que me casaba! ¡cómo se entere mi esposa, se va a armar!.

Salió de la habitación. ¡Ahora vuelvo, mi amor voy a comprar cigarrillos! ¡Pero si tu no fumas!, le dijo ella.


ENGAÑO Lucía Hernández





Cierto día, un joven de estos que parece que se quieren comer el mundo, y que todo lo saben, tenía su novia, pero al parecer, vio otra y creo que le gustó más, y sin darse cuenta de que sin pensar podría elegir una flor equivocada, la cosa es que terminó en boda. Todo fue muy bonito, los recién casados se fueron de luna de miel a un hotel, pero la pobre señora se encontró un poco indispuesta y decidió tomar una pastilla para aliviar su dolor, su marido al parecer tenía calor y se asomó al balcón a tomar el fresco; cual fue su sorpresa al observar unos gritos; y su esposa le preguntó ¿pasó algo? Pero él se hizo el sordo y no contestó, pero bien sabía que frente al balcón aquella mujer que gritaba, él era el culpable y todo se debía a su mala conducta. Se detuvo pensando cuál sería su solución… La dichosa mujer que gritaba, entró en el hotel, él no tuvo más remedio que abrir la puerta y con su cara dura le saludó y le dijo que aquella era una amiga que le invitó a merendar. Su pobre señora al ver lo sucedido le dio un infarto y falleció en el momento. La visitante bailó de contenta. Él le dijo: Esa era mi mujer, que hoy mismo me casé con ella, pues la quería más que a ti, y como tú también has disfrutado mucho de mí, confórmate con eso, yo no te quiero nada, busca otro por donde puedas que yo he muerto para ti.




HADAS VIAJERAS Candelaria Bacallado.







Lo que en otro tiempo habría significado su evasión creativa, hoy no fluye igual. No es que falten estímulos, ¡los hay!. Ella entiende no tener una razón que explique  que esto suceda.
La vida le pasa factura a todos, pero lo real es que cuando se dispone  a que su imaginación la guíe por medio de la escritura, ya no le acompañan sus hadas viajeras.
¿Están descansando?. Seguro que pronto regresarán a ayudarla a contar más historias.



LA OTRA MUJER Dolores Fernández






Empieza a amanecer, se vislumbra un día espléndido. En la acera, frente al hotel, una mujer monta guardia. No deja de mirar hacia el balcón de la tercera planta donde se encuentra el hombre que busca. La mujer se introduce en el vestíbulo para dirigirse a la habitación, dispuesta a exigirle responsabilidades, aunque se encuentre en su luna de miel. Llama con fuerza a la puerta,  tanto, que al novio no le queda más remedio que abrir.  Con voz chillona, exige la devolución de su coche. El marido de la enfermiza novia, que descansa convaleciente, contesta que no puede, ya que lo vendió para poder disfrutar del viaje de recién casados. La mujer, con gesto de enfado, le amenaza diciéndole, ¡¡lo pagarás, canalla!!. A continuación sale de la habitación dando un portazo. La delicada novia, al escucharlo, pregunta desde la cama, ¿qué ocurre, cariño?, a lo que su nervioso marido responde, no te preocupes, sigue descansando, eso sólo ha sido, una corriente de aire.


LUNA SIN MIEL Carmen Garcés





El novio,  angustiado, pasea por la pequeña habitación de hotel. Tan sólo  unas pocas horas antes, su novia estaba perfectamente y ahora yace enferma en la cama. ¡Tenía que ocurrir precisamente en su luna de miel!, se lamenta.
Se asfixia encerrado entre aquellas angostas paredes; decide salir al balcón para respirar un poco de aire fresco. Desde ahí, repara en una mujer que está en la acera frente al hotel; parece alterada, agitada, como si buscara a alguien.
De pronto se vuelve hacia el balcón donde él se encuentra y, con gritos y aspavientos, parece hablarle; sin embargo él no logra entenderle. ¿Quién es?, no la reconoce.
Por fin, la desconocida decide entrar al hotel y según va acercándose, el novio logra identificarla. –¡Pero si es ella!, -exclama asustado-.
Al cabo de unos instantes, golpean con fuerza la puerta de la habitación, él siente que el corazón desbocado parece salírsele del pecho. Tendrá que abrir la puerta, sabe que ella no va a rendirse con tanta facilidad.
Se arma de valor y abre la puerta.
La extraña le lanza  una mirada de desprecio, y sin mediar palabra, se abre paso hacia el interior de la habitación, él la sigue en silencio.
Al llegar junto a la cama donde se encuentra la novia, -quién sin saber qué está pasando, los mira con desconcierto-;  la desconocida, con voz entrecortada le dice:
-         Soy la esposa de este hombre, llevamos casados siete años, en los cuales han nacido dos hijos; hace tres años que no sabía nada de él hasta ayer que vi el anuncio de su boda. Únicamente quería que supieras quien tienes a tu lado.
Salió de la habitación sin pronunciar otra palabra.
Él sin argumentos para defenderse, cayó derrumbado en el sofá; su doble vida había sido descubierta.  


LA NOVIA Luisa Delgado Bello






La novia recién casada se asoma por la ventana de la habitación de la casa que da directamente al parque para fumar un cigarrillo, después de hacer el amor con su amado esposo.  En ello está cuando, de pronto, detrás de un árbol ve una sombra que parece estar mirando hacia ella. Aquella sombra le intriga y decide esperar un rato para ver de qué se trata. Después de unos minutos, la sombra da unos pasos y ella ve con asombro que es su primer marido, que ella creía muerto. Lo llama por su nombre y ve que efectivamente es él. Espantada, descubre que se ha convertido en bígama. Cuando da la vuelta y mira la cama donde duerme su marido, ve que era su primer esposo, el único.  Fue una terrible pesadilla, un mal  sueño  y lo que ve a través de la ventana es sólo el reflejo de la luna.


LUNA Teresa Jiménez.





Un  enamoradizo hombre había quedado con una chica en la fiesta de su despedida de soltero.  Acostumbraba hacer eso y, puesto que se enamoraba rápido, casi siempre terminaba en el hotel, el mismo donde ahora disfrutaba de su luna de miel. Se había olvidado de la cita. Como la novia no se siente bien porque la cena le sentó mal, él abre el balcón para distraerse un rato y ella está allí, ¡¡la otra!!.  Respiró hondo y, luego de pensarlo rápidamente, le dice:
-Sube, sube, que yo tengo para las dos

 Y lo que pasó es que se dieron de tortas los tres.


LUNA Carmen Margarita.





En plena luna de  miel, la novia se puso enferma.  Instalados en la habitación del hotel y mientras la mujer descansaba después de tomarse algo para sentirse mejor, el recién estrenado marido se asomó al balcón. Desde allí pudo observar a una mujer que miraba hacia  donde se encontraba el hombre. A él le pareció que esperaba con impaciencia a alguien.
Poco a poco se fue dando cuenta de que con quien quería hablar era con él. Cansada de esperar, ella subió desesperada hasta la habitación y tocó el timbre con tanto impulso hasta lograr que abrieran la puerta.
La novia se sorprendió al verla, ¿qué haces aquí?, le preguntó. Sin preámbulos le repondió:

 -Tengo el resultado de la analítica y espero no haber llegado muy tarde…pero tranquila, son buenas noticias para los dos…¿quieres saberlas?...