martes, 25 de septiembre de 2012

POLITA de Mima Linares



Tengo tan solo diez años.  Desde que era muy pequeño, mi gran ilusión era tener un perrito y, cuando cumplí seis años, llegó a casa, como regalo, Pola o Polita –como yo la llamo –. ¡Era una monada, tan pequeñita!.  Fue creciendo pero de altura, no mucho; es una Yorkshire. Con muy mala suerte, la pobre se está quedando cieguita.  Cada día está más torpe y por eso la tengo que cuidar más.
Este fin de semana, fuimos a la casa que mis abuelos tienen en el sur.  No sé qué le pasó pero, sin darnos cuenta, Polita se perdió.  Todos empezamos a buscarla, sin embargo,  no aparecía por ningún lado.  Yo estaba tan enfadado que hasta le dije cosas feas a Dios, por estar pasándome aquello a mí.
Se estaba haciendo de noche y no aparecía.  Yo no podía dejar de llorar y por más que las buscamos, no la encontramos.  ¿Qué haría ella ahora, sin mí? Yo era quien la cuidaba y le había prometido protegerla.
Nada más despertar el día, le pedí a mi madre que saliéramos a buscarla de nuevo.  Después de dar muchas vueltas, unos chicos nos dijeron que la habían recogido y llevado a un veterinario. ¡Qué alegría! Estaba tan contento que no podía creérmelo.  Claro está, le pedí perdón y le di muchas gracias a Dios por haberme ayudado a encontrarla.

2 comentarios:

  1. Absolutamente creíble esa voz narrativa infantil que nos relata, con dulzura, el dolor por el extravío de una amiga; una perrita dueña del amor de su amo: un niño que la mima y la cuida en su vejez. ¡Muy tierno y emotivo el relato!

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  2. PRECIOSO RELATO, LLENO DE AFECTO Y TERNURA HACÍA UNA PERRITA. DESCRIBES A LA PERFECCIÓN LOS SENTIRES DE UN NIÑO AL PERDER A SU QUERIDA MASCOTA.

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