miércoles, 31 de octubre de 2012

EL LIBRO ROBADO de Candelaria Díaz




Me llamo Cristobalito y mis padres, cuando viajan por motivos de trabajo, me dejan con la tía abuela Lastenia que vive en una gran casona.  Es tétrica, oscura y  el personal de servicio es viejo.  Desde las ventanas, yo veo como juegan los otros niños pero, a mi no me dejan salir.  Trato de divertirme como puedo aunque a mi tía no le gustan mis bromas y me castiga por todo.  Me manda a mi habitación y total solamente por poner un ratón en la sopera, ¡y eso que estaba muerto!.  Salgo al pasillo y me pongo a husmear.  Llegó a un salón lleno de estanterías con libros.  Hay tantos que no sé cual coger.  Escojo uno de aventuras y sigilosamente, me lo llevo a mi cuarto.  Me pongo a leerlo y se me pasa el tiempo sin darme cuenta. ¡Es una historia increíble!.  Me llaman para comer y no me entero.  De pronto, se abre la puerta y la tía me mira, con cara seria, mientras se da cuenta del libro. ¡Dios, cómo se pone! ¡Furiosa!.
-¿Cómo te atreves? ¿No sabes que no se puede tocar nada en la biblioteca de mi difunto? Coge el libro y llévalo a su sitio, inmediatamente.
Cuando lo coloco, me siento apenado. Pensé que los libros eran para leerlos no para servir de adorno. ¡Lástima que se terminó la magia del cuento! No tendré más remedio que seguir haciendo bromas…


1 comentario:

  1. ¡Buenísimo este relato! Me enamoré enseguida de este personaje, Cristobalito y de la idea que navega en tu relato, también; esa que habla de la magia escondida en los libros, el poder seductor de la lectura. ¡Aplausos para ti, Caya!

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