miércoles, 18 de septiembre de 2013

SIEMPRE ELLA de Mary Rancel





Fue una gran mujer, dotada de fuerza, valentía, dulzura, comprensión, cariño, con una mente abierta, adelantada a su tiempo; ofrecía otras virtudes, imposibles de enumerar.
Fue madre de nueve hijos; cinco chicas y cuatro chicos, que educó lo mejor que pudo.  Todos fueron personas de provecho, dignos hijos de su madre.  Ella fue siempre el motor de su hogar, pues su esposo tenía un camión y trabajaba como transportista de mercancías.  Salía muy temprano y regresaba por la noche.  Un hombre muy trabajador y el único que aportaba dinero para la economía familiar, mientras sus hijos eran pequeños. Él falleció a los setenta y cuatro años, después de haber estado en silla de ruedas –por parálisis –durante varios años.
Doña Pepa, así se le conocía fuera del entorno familiar; dentro de su familia y círculo de amistades más íntimo, era abuela Pepa.  Fue una abuela cariñosa, complaciente, tierna y compasiva.  Sus nietos la adoraban.  Lo mismo ocurría con sus yernos y nueras, a los que trataba como a sus hijos, a veces con más tolerancia.
Esta mujer excepcional era quien unía a la familia.  Su casa siempre estaba llena de gente, no solo de familiares sino de amigos, vecinos y conocidos.  Siempre tenía la cafetera preparada para ponerla al fuego y agasajar a quien llegara, o bien, una infusión de hierbas aromáticas –que le enviaban del sur -.  De su casa no salía nadie sin haber tomado o comido algo.  Eran sus reglas.
Falleció a los noventa años, silenciosamente.  Una tarde, después de merendar, se acostó a dormir y no despertó.
Esta mujer, madre, abuela, consejera y amiga, puedo decir que ha dejado una estela importante en muchas vidas.  En mí, ha dejado una huella indeleble.  Fue una persona entrañable y querida por todos.

Este es mi humilde homenaje a esa gran mujer –abuela Pepa –mi querida suegra.


2 comentarios:

  1. Hermoso homenaje, sin duda, lleno de sensibilidad e impregnado de cariño y admiración.

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  2. Ciertamente fue una persona muy entrañable y querida. Me encanta el dibujo elegido, muy propio para ilustrar este relato. Gracias

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