jueves, 17 de octubre de 2013

TAQUICARDIA. De Dolores Fernández Cano


Renata vivirá por primera vez una romántica velada. Se ha comprado para la ocasión un elegante vestido, con un discreto escote, puesto que ella no está acostumbrada a enseñar sus atributos. Por si refresca, se acompaña de una coqueta chaqueta.
Tras una larga espera acompañada de mucho nerviosismo, suena el portero automático, con temblorosa voz, contesta que baja rápidamente.
Ya en el portal, se acerca a ella Mateo, un caballero de mirada apasionada, que le extiende su mano para saludarla.
La noche es resplandeciente, con un cielo limpio de nubes e iluminado por una luna llena, que contempla con una pícara sonrisa como se introducen en el automóvil, para dirigirse al restaurante.
Finalizado el ágape, los dos tortolitos a punto de estallar, deciden pasear a la orilla del mar, sentados juntitos en un banco, contemplan el espectacular paisaje, sintiéndose al mismo tiempo, iguales entre sí.






2 comentarios:

  1. La taquicardia viene justo después de la última palabra, al menos el titulo nos conduce a esta conclusión, aunque como se trata de un final abierto, tu relato deja al lector la posibilidad de continuar la historia como le parezca.

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  2. Dolores, eras magnifica inventando historias , parecen salidas de un libro romántico. Muy buena

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