miércoles, 4 de febrero de 2015

¡AY DE MI LUNA LUNERA! Mary Rancel.




Contraje matrimonio hoy por la mañana, ha sido con la mujer de mi vida.
La ceremonia fue íntima pero muy emotiva.
Terminado el sencillo ágape de bodas, nos trasladamos en coche al hotel elegido. Durante el trayecto, mi  flamante esposa comenzó a encontrarse mal, con escalofríos  dolor de cabeza y malestar general. Una vez tocamos nuestro destino, la visitó el médico de la firma hotelera, le recetó analgésicos y somníferos. Pronosticó que mañana estará perfectamente.
Mi consorte, toma el calmante y se acuesta a descansar; cuando advierto que está adormilada me acerco a la terraza de la habitación para airearme un poco; miro hacia la calle y veo una mujer en la acera de enfrente paseando con nerviosismo sin dejar de mirar al edificio del hotel, de pronto, su mirada y la mía se chocan, al hacerlo, ella exclama gritando: -¡Por fin te encuentro! ¿Vas a saber quién soy yo!, ahora que te tengo ubicado subo para darte tu merecido. ¡Ingrato, mezquino, mal hombre!!
La dueña de mi corazón, desde el lecho me pregunta que está pasando y rápidamente le indico:
-Nada cariño, el colindante de la habitación de abajo me pide que le ayude con la cremallera de su maleta, se le ha enganchado una prenda de ropa. Bajo un momento a ver si puedo solucionarlo; soy muy manitas, tú lo sabes. Le di el somnífero y un beso comentándole. –Estaré de vuelta enseguida mi amor-.
Salí del pasillo con el terror metido en el cuerpo; telefonee a recepción dando la descripción de la mujer. Expuse, que se trata de una persona paranoica; pedí que no la dejasen subir a mi habitación, porque la muy histérica, es muy capaz de montar un pollo.
-Tendré en cuenta su petición. Afirmó el empleado solícito, añadiendo:
-No se preocupe por nada.
Exhalé un suspiro de alivio y me pregunté: -¿Qué sería de mi  luna de miel y mi matrimonio, si esa chiflada compulsiva entrara al hotel soltando por su boca de víbora lo pasado entre nosotros tiempo atrás?  Mejor no pensarlo.




2 comentarios:

  1. ¡Salvado por la campana! Ahora, a celebrar de la luna lunera con sus mieles intactas. Buen trabajo, Mary; no podía ser de otra manera.

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  2. Como quieres a tus alumnas, siempre con un comentario de aliento. Gracias.

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