lunes, 30 de abril de 2012

EL PARIENTE INVISIBLE de Teresa Jiménez


Por fin sé quien era el que convivió conmigo y con todas las lavadoras que he tenido, que no han sido pocas; tengo muchos años y cinco pares de pies.  Yo no sé si a alguien le aparecían los calcetines desaparecidos, a mi no.  Tenía un ramillete de ellos sin casar y cada vez añadía alguno más.  Ese bandido  debía hacer negocio con ellos, si no, fíjense en aquellos que siempre los llevan distintos: unos con rayas, otros de lunares o lisos.  Ya tú ves, bragas y calzoncillos no deben ser de su agrado; yo al menos nunca los he echado de menos, y si alguno desaparecía es porque se los quitaban en otro sitio (ahora ya no están, se fueron hace mucho mucho tiempo).  Sin yo saberlo, eras un miembro más de la familia.  Ahora debe estar instalado en otros hogares donde se estarán preguntando por qué desaparecen los calcetines.  Duende, más que Duende, listo duende de los calcetines.

2 comentarios:

  1. La gracia y el sentido del humor andaluz está siempre presente en tus relatos. Muy bien

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  2. Me divierte tu modo de expresarte y tu ingenio.

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