lunes, 8 de octubre de 2012

TESTIGO de Elvira Martín Reyes




La imaginación empieza a trabajar cuando subes a la guagua. ¿Veré hoy a la misma gente? ¿Entrará la chica que contó aquella historia de malos tratos?.  La pobre estaba amargada porque había presenciado como un hombre le pegaba hasta la saciedad a una amiga suya y al denunciarlo, la habían citado como testigo.  Ella se preguntaba por qué seguía ocurriendo casos como esos; hechos tan viejos y tan nuevos a la vez.  ¿Falta de cultura o pérdida de valores aún estando mejor preparados que en el pasado?  Recuerdo que la chica opinaba que antes, al no trabajar, la mujer aguantaba más y ahora trabajan y ¡encima las matan! 
¿Dónde estará el término medio? – se preguntaba.  Yo le respondía con un deseo
-¡Llegará el día en que tanto hombre como mujer puedan decidir su futuro juntos, sin necesidad de la ley!, pues mientras ésta no cambie, mal va la cosa…
-Pero esto no ocurrirá antes de que yo tenga que declarar, ¿verdad?
-Francamente, creo que no.  Seguirás preguntándote sin obtener respuestas –le conteste.
-¡Toca, toca el timbre que se te pasa la parada!  y ya veremos en qué acaba esto.



2 comentarios:

  1. La guagua, excelente lugar para encontrar historias que contar. O en la estricta ficción, un pretexto genial para reflexionar –a través de un relato –sobre un tema tan actual como preocupante. Muy bien, Elvira

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  2. SIEMPRE ESTÁS SOBERBIA EN TUS RELATOS. SABES MANEJAR LAS PALABRAS Y ENLAZARLAS ADECUADAMENTE, ME GUSTARÍA POSEER ESE DON INNATO TUYO. TE FELICITO POR TU ESTUPENDO TRABAJO.

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