lunes, 9 de febrero de 2015

GRITOS EN LA MADRUGADA Candelaria Díaz





Es horrendo despertar en la madrugada en medio de esos gritos más parecidos a alaridos de dolor intenso.  No sé cómo llegué al balcón.  Vi a una chica que corría como loca.  Bajé a la plaza para averiguar qué le pasaba. ¡Dios, qué horror!  Está quemada con ácido.  Un hombre se aproximaba a nosotras con los ojos encendidos, echando espuma por la boca. ¡Por celos, por celos…!, repetía.  Yo grité al aire que llamaran a la policía.  Al fin, llegaron y lo apresaron.   La joven mujer se fue a Urgencias y a nosotros, los vecinos, esto no se nos olvidará jamás.



2 comentarios:

  1. Desagradable, tremenda, terrible experiencia, para quien lo vivió en primera persona y en sus propias carnes, en primer lugar, y para aquellos testigos de primera fila de la violencia atroz, del desatino, de la sinrazón…

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  2. Es para no ser olvidada semejante atrocidad, Con solo leer el relato se me han puesto los pelos de punta.

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