miércoles, 10 de abril de 2013

MERCEDES de Paula Lugo







Mi hermana Mercedes, que ya falleció, era a la que más quería, la que me defendía, con la que más confianza tenía, la que mejores consejos me daba…
La pobre no podía venir mucho a casa porque estaba siempre liada con las dos niñas, sus dos hijas.  Cuando yo era jovencita, me quedé un tiempo con ella, mientras su marido estaba en Venezuela, hasta que viajaron junto a él.
Pasado el tiempo, volvió a Tenerife y a los pocos años, falleció.
Quedó en mí el recuerdo y la pena de haber muerto ella entre mis brazos, mientras le daba una manzanilla.  Me marcó mucho su muerte pues mi hermana tenía apenas treinta y cuatro años de edad. Fue en el año 1965 y  yo había viajado hasta Tenerife para verla y pude estar con ella antes de que marchara para siempre. Murió de un soplo en el corazón.


2 comentarios:

  1. Emocionado homenaje a la memoria de tu querida hermana, es el que has hecho, Paula.

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  2. Conmovedora historia la contada en esta redacción, a pesar de todo, ese amor filial jamás se romperá y es un consuelo. Hasta dentro de un ratito compañera.

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