martes, 24 de septiembre de 2013

¡DE PELÍCULA! de Natividad Morín




Una de las películas que más me impactaron en mi niñez y que se me quedó grabada en la memoria, fue “Los crímenes del Museo de Cera”.  Después de verla, estuve mucho tiempo soñando con ella, como mataba a las mujeres para luego cubrir sus cuerpos con cera y reconstruir con ellos figuras de personajes famosos.  Otra película inolvidable, esta vez por lo romántica que era,  fue Sissi.  Y si hablamos de actores, uno por el que sentí un amor platónico fue Rock Hudson.  Era un hombre tan guapo, tan alto y la mirada tan pícara.  No me perdía casi ninguna de sus películas y guardaba sus fotos.  Cuando pasaron los años y un día vi en las noticias que había muerto de sida y se habló tanto de su vida no pude evitar pensar que me seguía gustando a pesar de su condición de gay.

Cuando era niña, sólo ponían películas los domingos.  Para ir al matiné iba con mis amigas y reunía el dinero durante la semana, haciendo mandados para poder comprar, en el carrito que ponían afuera del cine, muchas golosinas: regaliz, caramelos, paragüitas; que era un chupete en forma de paraguas, que estaba buenísimo.  Me pasaba toda la película comiendo chucherías.  Fueron años inolvidables: ¡fui tan feliz con tan poco!




2 comentarios:

  1. Película inolvidable aquella que pertenece al territorio de nuestra infancia y juventud, ¿verdad?. La última frase de tu escrito lo resume muy bien: ¡fuimos felices con tan poco!

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  2. La felicidad se trata de dar importancia a las pequeñas cosas. Bonito y autentico relato el tuyo.

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