viernes, 1 de mayo de 2015

PRESENTACIÓN LIBRO "LAS FLORES DEL TEIDE NARRAN" 29 ABRIL DE 2015, por Isabel Expósito Morales



Presentar un libro cuyo proceso de gestación he vivido muy de cerca,  siendo testigo de su crecimiento en primerísima fila, ha supuesto para mí  un momento especial, entrañable y emocionante.
En la presentación estuvieron presentes gran parte de sus dieciséis autoras; dieciséis mujeres  singulares, socias del Centro Flores del Teide que, capitaneadas por su Presidenta, Amalia Jorge Frías, decidieron un día incorporar a sus variadas actividades en la  Asociación,  un taller de Lectura Dirigida y Narrativa. 
Aquel no iba a ser un curso típico; estaba algo alejado de lo que habitualmente solían hacer, pero ellas tuvieron la valentía de enfrentarse a algo distinto, nuevo, guiadas a mi parecer por ese espíritu de aventura que todos llevamos dentro y que necesita solo de una pequeñísima chispa para encenderse…
En aquel curso las herramientas no iban  a ser otras que las palabras y las emociones; la memoria, los recuerdos, la imaginación y la fantasía; un lápiz, un papel y… sobre todo, el deseo de contar. A ese reto se enfrentaron todas ellas con ilusión aunque no exentas de un comprensible miedo por lo desconocido.
El caso es que, poco a poco, fuimos soltando amarras y, junto a cada       propuesta semanal,  de la forma más entretenida y lúdica posible, fueron conociendo técnicas narrativas, distintos puntos de vista desde los que    contar. Trabajaron estructuras, tonos, ritmos, atmósferas narrativas, en   definitiva, hilos de los que halar para que, partiendo de la misma    consigna, cada una incorporara su propia experiencia vital, para construir     con esa mezcla,  relatos propios con sello personal; el de cada una de ellas.
Es un hecho que el “experimento” les gustó, nos gustó, porque en esa tarea hemos seguido por algo más de tres años.  
El viaje que nos condujo hasta el día de la presentación de este libro, ha sido tan arduo como divertido y estimulante, porque esfuerzo por parte de todas hubo, pero también mucho divertimiento; como ocurre en  todos, o en casi todos, los procesos creativos.
El fruto jugoso, de enjundia, valioso de  esos años de trabajo de las autoras, no podía quedar allí, entre las cuatro paredes de nuestros encuentros semanales.  Había nacido con vocación de hacerse oír, de ser compartido, para que volará y adquiriera vida más allá del Taller.
 Así es como, gracias a la férrea voluntad de Amalia Jorge Frías, que apostó desde el principio por este proyecto, concentrando toda su energía en él, secundada por supuesto por el resto de autoras,  así fue, digo, como los mejores relatos de nuestras tardes de los miércoles, se convirtieron en un libro; este.
En él tienen cabida todo tipo de emociones, todo tipo de relatos, historias y reflexiones. Nos aventuramos en lo fantástico, lo absurdo, los tonos evocadores, lo divertido, lo melancólico, finales cerrados, abiertos, giros sorpresivos  y en medio de un largo etcétera, hasta un día nos atrevimos a inventar palabras para contar con ellas una historia, imitando al maestro Julio Cortázar.   Con todo esto y más, mucho más, avanzamos hasta llegar a la edición de Las Flores del Teide Narran.
Este no es un libro pretencioso,  en el sentido de que no pretende ser más de lo que es. Ciertamente, ninguna de sus autoras posee pasado literario, pero no lo necesitaron, porque lo que sí tenían era mucho que contar, que transmitir, que compartir, bien a través de la ficción, relatos nacidos de la pura invención, como escritos que dejan testimonio de temas que, aunque particulares e íntimos, son reflejo del tiempo en que sucedieron y que, finalmente, interesan a todos
Enriquecedor en ambas direcciones, para quienes lo escribieron y para quienes lo lean, ha sido.  Entre las páginas de Las Flores del Teide narran subyace una suerte de  moraleja –yo al menos lo veo así–: una que nos habla de que nunca se deja de aprender y de que intentarlo, genera esa fuerza arrolladora llamada ilusión que te empuja con brío hacia adelante.
Yo misma, alentada, contagiada por esa ilusión,  también he crecido como persona en este proceso, porque de todas ellas he aprendido mucho; cada una me ha regalado, tal vez sin saberlo, un poco de sí mismas. 
 A ustedes, lectores, les invito a leer a estas Flores del Teide que narran, estoy segura de que en su lectura encontrarán espejos donde mirarse, o la experiencia de observar la vida a través de los ojos del otro, que no es poco.


Y a todas mis flores narradoras, mil gracias, por tanta generosidad en gestos, palabras y cariño.



Isabel Expósito Morales





No hay comentarios:

Publicar un comentario