martes, 18 de agosto de 2015

MADRE E HIJA Natividad Morín


–Sí, dígame
        ¡Hola, mamá! ¿qué tal estás?
        ¡Hola, hija! ¡qué alegría oírte!
        Estoy bien, ¿y tú? ¿Ya comiste?
        No, me tomé un cortado para espabilarme.  Dentro de un rato me desayuno
        ¿Ya fuiste al médico?
        No, voy mañana, ya te contaré lo que me dice
        ¿Cómo están mis hermanos y sobrinos?
        Todos están bien, tus sobrinos haciendo los últimos exámenes
        Mamá, ahora cuando desayune, salgo a caminar aprovechando que hoy ha salido el sol, ¡seguro que habrá un montón de gente tomándolo!
        ¡Qué bien!
        Mamá, la próxima semana me voy de vacaciones a Grecia, ¡estaré una semanita!
        ¡Qué envidia! Pues disfruta, que te lo pases muy bien y ¡cuídate!, muchos besos, ¡adiós!
        Bueno, mamá, cuídate mucho, ¡besitos! ¡adiós, adiós! ¡hasta pronto!




1 comentario:

  1. Los hijos marchan de la casa materna, como es natural, pero cuando las circunstancias obligan a que la marcha sea hacia lugares demasiado lejanos donde el sol es un bien escaso, se dan conversaciones como las que tú nos presentas, Nati. ¡Si lo sabré yo!

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