miércoles, 7 de noviembre de 2012

OTRO DÍA de Carmen Margarita




Estoy llegando a mi casa, triste, abatido y preocupado.  Me queda que pasar un mal trago. ¿Cómo decirle, un día más, a mi familia, que no conseguí trabajo?.  Al entrar, me cruzo con la mirada de mi mujer.  Ella comprende rápidamente y enseguida manda a los niños a la cama.  Mis hijos me miran con ojitos de asombro y ante eso, yo reacciono de inmediato.
-Haz una sopa con las hierbas que hay debajo de la ventana, que hace frío.  Mientras tanto, yo les cuento un cuento a los niños.
Y ellos, con su inocencia infantil y conformista, se van contentos, poco después, a la cama, mientras mi mujer y yo nos quedamos a esperar que nos deparará el mañana.

2 comentarios:

  1. De forma breve y hábil, dibujas muy bien la atmósfera en la que vive cualquier desempleado de larga duración con hijos a su cargo, en este país. Conmovedor.

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  2. es triste la siyuacion, pero muy real para el olvidado por la politica que los que la dirigen tiende a tener razon sin ninguna compacion del ciudadano a pie, que mundo tal falso que nos dan para que por un voto nos quiten de comer. Es lo que nos toca y el relato es muy claro

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