lunes, 17 de marzo de 2014

EL SORDO de Luisa Delgado Bello


Repasando los escritos de cuando empezamos las clases, me encontré uno de los relatos que, en esa época, casi nunca entregaba a la profe, porque tenía pudor de leer lo que escribía.
Pero, hoy le voy a hacer un homenaje a mi hermano, porque está dedicado a él, y lo compartiré con todos ustedes.
Allá por los años 50, por el tiempo en que los higos picos estaban maduros, se usaba en los pueblos del sur, ir  a las fincas donde se hacía la recolección, para ponerlos a pasar.
Yo recuerdo que  toda la familia iba a la zafra, y recogíamos los higos picos entre todos, y a medida que lo hacíamos, formábamos unos grandes montones debajo de la higuera. Luego, nos sentábamos todos alrededor para empezar a pelarlos, para después ponerlos al sol (esto después de pasados son los llamados higos porretas).
Cuando empezó a pelarlos, mi hermano le preguntó a mi padre cuántos se necesitaban para después de pasados reunir veinte quilos.  Él le contestó que cinco cestas de veinte quilos  cada una.  Al escuchar la respuesta, mi hermano se levantó, exclamando que por esa cantidad no pelaba más higos, tiró el cuchillo y desapareció.
Cuando todos regresamos a casa, él estaba acostado en su cama mirando el techo. Mi padre le recriminó su actitud.
-Te llamé un montón de veces y no me contestaste –le dijo.
-Padre, para pelar higos yo estoy sordo total –fue su respuesta.
Hace unos días, me llamó mi hermano de Venezuela para decirme que había leído mi narración de la boda y que le había gustado  mucho.  Entonces, le comenté que tenía una tarea para escribir sobre un sordo, él enseguida me dijo:
-¿No te acuerdas cuando salí corriendo de la Capellanía para no pelar más higos y le dije a padre, cuando me llamó, que estaba sordo total? Pues, haz un comentario sobre eso y recuerda toda la historia.
Ésta es una de las anécdotas divertidas que me hizo recordar mi hermano. Es tal y como lo cuento.

5 comentarios:

  1. Me encantan estas historias, Luisa, tan mágicas como llenas de autenticidad, ingenio y ternura. Gracias por haberla compartido con nosotras. He disfrutado mucho su lectura.

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  2. Los higos porretas ya no se ven, yo recuerdo haberlos comido de pequeña, estaban muy ricos. Tu escrito me ha encantado; son vivencias de otros tiempos que no volverán.

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  3. Me gusta la narración, pero no los higos porretas. Me gustan mucho tus vivencias. Gracias. Mª Dolores.

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  5. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
    Abuelo, sordo total!!
    JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

    Si yo le hubiese hecho eso a abuelo, de decirle que estoy sorda total para no hacer algo, me mata!!
    JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

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