domingo, 1 de marzo de 2015

RISAS Natividad Morín





Se va a casar, según dice, con el hombre de su vida.  Anteriormente tuvo otro novio, pero no le fue bien por su carácter violento y por eso rompieron.
Ahora está su hombre perfecto, la mima, la respeta, la quiere… y se van a casar.
Ella se encuentra con unas amigas, las más íntimas, en una tasca. Mientras toman unas cervezas y unos pinchos, la joven bromeaba.
 -¡A ver si no me va a entrar el vestido de novia, comiendo esto!-
Todas las chicas ríen.
- ¡Que suerte tienes, como te envidiamos!- Le dicen-
- ¡Queremos un novio como el tuyo! –repiten entre risas.
Parece que las cervezas  están haciendo efecto o es por el alegre acontecimiento, motivo de celebración.
-¡Pues lo siento, este, es mío y nadie me lo va a quitar! –les contesta ella.
Salen del establecimiento, cruzan por un paso de peatones, llegan a un parque, donde unos niños juegan, acompañados de sus madres.
- ¡Miren, dentro de un tiempo, yo también vendré a pasear a mi bebé!.- dice la novia.
De pronto, las amigas se quedan calladas, se miran unas a otras.  Ella se extraña.
- ¿¡Qué pasa!? –dice sonriendo- ¿habéis visto un fantasma?

Llevó su mirada hacia la pareja que jugaba con su hijo en el parque,  y entonces …dejó de sonreír.



2 comentarios:

  1. El contraste entre el título, atmósfera de celebración y alegría al que nos invita el comienzo de tu relato; y el giro final, es muy efectivo. No nos dice lo que ve la protagonista, pero no es necesario, queda implícito en el texto. Terminar el relato justo en ese instante, sin más, le otorga intensidad a la historia. Buen trabajo.

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  2. Puede resultar verídico este relato de sello actual. Me ha parecido muy bueno.

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