lunes, 23 de marzo de 2015

HISTORIA DE UNA FAMILIA. Lucía Hernández





            Había un matrimonio que vivía en una mansión muy grande y bonita, con muchos árboles y flores. Era un regocijo vivir allí, un lugar fresco y agradable, pero…ya sabemos que siempre nos falta algo.
            Tenían dos hijos,  uno de ellos sufría de una deficiencia. Sus padres lo llevaban con paciencia, el niño no comprendía nada, todo lo veía bueno y vivía feliz al lado de su familia, era muy cariñoso con sus padres y hermanos. Sus progenitores, a solas, hacían sus comentarios, como un día que la madre reflexionó en voz alta:
             –Esto es lo que Dios nos ha ofrecido, ha llegado el tiempo de ir olvidando lo pasado, y  juntos vamos a pasar el tiempo que nos falta y pedirle a Dios que nos dé salud ya que en esta vida todos recibimos varios contratiempos, cada uno tiene que conformarse con su destino.
            Su marido aceptó las palabras que su señora le decía y terminaron sus vidas recordando siempre los buenos y malos ratos que en la vida habían pasado pero…sin olvidar el presente. Había llegado el momento de pasar página.




3 comentarios:

  1. Enfrentarse a los hechos con esa mezcla de valentía, paciencia y amor que solo los padres conocen frente a los problemas de salud de un hijo; de eso me habla tu relato de esta semana, Lucía.

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  2. El amor de los padres es muy grande, aprenden a afrontan lo que la vida les ofrece con resignación porque el cariño les ayuda a estar unidos y luchar por lo que quieren.

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  3. Bonita narración. Muy buenos y comprensivos padres. MªDolores.

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