lunes, 15 de febrero de 2016

LA MÁSCARA VERÍDICA. Fanny.






            Conocí a una amiga cuyo nombre es Nora, que llevaba puesta una máscara. Un día, conversando con ella, sentí la curiosidad de preguntarle el por qué se cubría el rostro, y me dijo:  voy a contarte mi secreto, por ser mi amiga.
            Cuando era joven, conocí a una persona que me impactó mucho, tuvimos una bonita amistad y surgió el amor. Me propuso matrimonio y acepté encantada, fijamos la fecha de la boda y todo estaba organizado, la iglesia bien arreglada y llena de invitados, pero no sabía la sorpresa que iba a tener, me dejó plantada, nunca llegó y avergonzada salí corriendo. Llegué a mi casa, me quité el vestido, cogí un mechero y lo quemé pero, me dejó la marca, mi rostro desfigurado y es por eso que siempre la he llevado a partir de entonces.

             Nos dimos un abrazo y le dije, gracias por confiar en mí, a lo que me contestó que no confiara en los hombres, que son unos mentirosos que de alguna forma nos dejan marcadas para siempre.


1 comentario:

  1. Dura experiencia la de Nora. Es fácil entender por qué dejó tal huella en ella. Nos lo has contado de modo que, quien lo lee, se siente cerca del dolor que pudo sentir la protagonista de la historia. Buen trabajo.

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