martes, 25 de febrero de 2014

RECOLECCIÓN De Candelaria Díaz



Por fin llegaba el tiempo de la vendimia; el trabajo era duro, pero al menos ganaríamos algo.
Era de amanecida y, en los altos de la isla, el frío cortaba. Madre nos calentaba  vino y luego la escudilla de leche de cabra y gofio, con un poco  de queso, y listo, a empezar la faena.  Éramos jóvenes y cuando el sol calentaba, nos daba por cantar:
¡Ay que trabajo nos manda el Señor!
 Levantarse y volverse a agachar
 todo el día a los campos y al Sol

 Y así hasta el ocaso, con salud y juventud, divinos dones, y pidiendo que Dios nos diera vida para seguir teniendo el mejor vino de la comarca, el del Mencey de Güimar.



2 comentarios:

  1. Escena del ayer, cuando se trabajaba el campo con sacrificios, pero sin embargo, con alegría e ilusión, al lado de los que luchaban por la vida, codo a codo. Me he transportado por un momento a esa recolección y me ha gustado estar allí, oyendo la canción.

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  2. Al leer tu relato me parece estar viviendo lo contado en él. ¡Fantástico compañera!

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