martes, 25 de febrero de 2014

TARDE DE ENSAYO. De Amalia Jorge Frías.





Marina terminó de comer y  apresuró a vestirse. La mañana la había dedicado a su persona: había ido a la peluquería y a un Centro Comercial que estaba muy de moda, para comprarse un elegante y moderno vestido. La habían convocado esa tarde para ensayar una nueva obra, por lo que estaba muy nerviosa; no sabía aún que personaje le correspondería hacer y, aunque a ella lo más que le importaba era actuar, había dos o tres posibilidades que le horrorizaban.

Como era habitual, el director repartió los papeles sin mediar palabra alguna. Cuando Marina vio cuál era el suyo, estremeció. Le había tocado el más temido, ¡el que le correspondía a su edad! … y del que ya no podría librarse nunca. O lo asumía, o renunciaba a lo más que le gustaba hacer en este mundo.



3 comentarios:

  1. Muy bien llevado, el relato nos lleva lentamente hacia el final, que no es otro que un clásico en la literatura y en la vida, que nunca pasará de moda, ni dejará de tener interés para nadie: el paso del tiempo y sus consecuencias; para algunas personas fácilmente asumibles y para otras, motivo de conflicto interior. Al dejar abierta la elección de Marina, es como si plantearas el dilema al lector, lo cual es un acierto. Buen trabajo.

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  2. Marina asumirá su edad y hará muy bien su papel.

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  3. Es mejor el papel correspondiente a su edad, pues le será más fácil interpretarlo. Mª Dolores.

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