martes, 22 de abril de 2014

LA CASA DEL AYER de Luisa Delgado Bello





Queridos niños voy a contarles la historia de cuando yo vivía con mis padres,  antes de casarme con vuestro abuelo. Vivíamos en una casa grande; como en esos años eran casi todas las del pueblo, tenía un zaguán en la entrada y a los lados una sala y dos dormitorios, respectivamente. Donde se salía hacia el patio, estaban la cocina y el baño y al fondo, una sala grande. En la parte alta estaba el granero, donde los abuelos guardaban todos los frutos de las cosechas: trigo, cebada, quesos, higos pasados, almendras y más cosas que ahora no recuerdo.
En otra casa que teníamos en frente, mi padre tenía la bodega y la carne de los cerdos, que se salaba en cajas de madera para comer en invierno.
También recuerdo a un señor que, en el tiempo de las fiestas, paseaba una vaca por todo el pueblo y tocaba en las puertas para que las señoras eligieran la carne de la vaca y de qué parte la querían. Luego, las vísperas, su esposa con una cesta en la cabeza repartía a cada una la parte que le habían pedido. Con esa carne y toda clase de verduras mi madre hacía unos pucheros   exquisitos.
Esa misma receta es la que hago yo ahora. Espero que ustedes, queridos Diego y Paola, cojan el ejemplo de yeya y la bisabuela y sigan haciendo el puchero de toda la vida.
Tengo muchas más historias de estas que contarles y lo seguiré haciendo para ustedes y para todo aquel que quiera leerlas.


3 comentarios:

  1. Me ha encantado esta casa del ayer, llena de anécdotas tan auténticas como entrañables, tan evocadoras como dulces. Sigue contándonos estas historias de ayer; a tus nietos y a todos los que te leemos.

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  2. Las cosas de antaño,¡que dulces parecen ahora! También yo evoco momentos como los que tu nos cuentas y siento emoción y nostalgia.

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  3. !Qué bonita historia!. Me gusta mucho esto que has escrito para tus nietos. Eres una abuela fantástica.
    Aplausos. Mª Dolores.

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