miércoles, 28 de mayo de 2014

PROHIBIDO De Candelaria Díaz.





Desde aquel momento, quedó prohibido para siempre. Claro que aquella prohibición había empezado a fraguarse mucho antes, cuando pensaron dar vida a nuestra tierra, y en un lugar paradisíaco, crearon un jardín con un huerto con toda clase de frutas, y allí solitos y sin ropa alguna estaban ellos. ¡Y vino la primera prohibición!:  coman de todo menos manzanas.
La fruta de ese árbol era para sentir gran deseo: rojita, apetitosa, y la Eva cogió una e invitó a Adán y él ¡privado!. Los dos disfrutaron por igual de los primeros fuegos artificiales de la historia.
Y de pronto, el señor conciencia le gritó a la mujer: ¡parirás con dolor y lo que comas será con sudor!, y el hombre, con la misma culpa, se va de rositas, ¡cómo son los machos!.  Si soy yo, le hubiera dado un higo pico sin pelar.


3 comentarios:

  1. ¡Qué versión tan lúcida y brillante de la historia de la primera prohibición!, que es, a su vez, la primera injusticia, la primera discriminación por sexo…, ¡qué pronto empezaron y cuánto ha durado!, ¿verdad?. Me encanta tu relato.

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  2. Lo del higo pico me parece muy apropiado. Tu relato siempre en tono jocoso para el disfrute de tus lectores, entre las que me encuentro, gozo mucho al escucharte y luego al leerte.

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  3. No creo que el macho se fuera de rositas, pues tuvo que trabajar el resto de su vida y salir del paraiso. Seguro
    que se fue a vivir a una ciudad dormitorio. MªDolores.

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