miércoles, 28 de mayo de 2014

PROHIBIDO De Dolores Fernández Cano





Desde aquel momento, quedó prohibido para siempre. Claro que aquella prohibición había empezado a fraguarse mucho antes, cuando dos meses atrás, les comunican que se preparen para recibir una visita muy importante, y que por tal motivo, deben someterse a ciertas prohibiciones.
Napoleón, desde el recibo de la noticia, cumple todo a rajatabla; todos los días vigila que la estancia se encuentre limpia. Ha prohibido terminantemente los corrillos, ordena a todos que se comporten, que eviten sonidos innecesarios. Se ha vuelto más meticuloso, más ordenado. Sin esperarlo, ha aflorado en su interior el sentimiento de la responsabilidad. Antes de retirarse al descanso vespertino, somete su garganta a un riguroso gargarismo, para así, por las mañanitas, despertar a sus compañeras con su dulce melodía. Su anhelo es que, a la nueva huésped, le agraden sus gorgoritos y decida quedarse para siempre.
El joven coro de voces mixtas, entonando sus alegres píos, píos, suplica a Napoleón que le adelante quién es esa relevante visitante que está cambiando el ritmo de sus vidas, al mismo tiempo, que los martiriza con tantas represiones.
Después de mucho pensarlo, el gallardo Napoleón decide revelarlo, con un tono misterioso exclama, - la gran Lady que nos va a visitar, es la gallina de los huevos de oro. ¡Quiriqui, quiriqui, cómo me voy a lucir!...,y….colorín, colorado, aquí termina el cuento del gallo Napoleón, que cree que las prohibiciones, hay que cumplirlas.




2 comentarios:

  1. ¡Qué requetebueno!! Me ha encantado: como nos engañas, de qué manera nos conduces por lo narrado, el final sorpresivo, el sentido del humor, las risas producidas; todo. Bravo.

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  2. Eres de lo más ocurrente y divertida. ¡Muy bien por ti y por tus lectores!

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