martes, 16 de diciembre de 2014

LA NOCHE QUE ESTALLÓ EL VOLCÁN Dolores Fernández Cano



Existe un lirón que desea tener apasionados sueños.  Como se acerca el invierno, que es la estación del largo descanso para este animal, tiene a bien encargar al pájaro carpintero que le construya una cómoda y vistosa cama, a fin de poder disfrutar las noches invernales con su media naranja, la despampanante lirona.  
El pájaro carpintero, con las hormigas obreras, trabaja a destajo para conseguir un exótico lecho conyugal.  La golondrina, madrina de boda de la parejita, borda unos cojines para proporcionar un toque seductor al entorno.

El lirón, gozoso, entra en su dúplex, quedando extasiado al contemplar la espectacular joya.  Sin saber cómo, un torbellino de fuego y materias abrasadas, recorren todo su cuerpo, sintiéndose dispuesto para el apoteósico galanteo.  ¡¡Por fin estaba en su reino!!


2 comentarios:

  1. El tono gracioso que se te impuso para el título y la fotografía entregados, ha logrado su cometido. De este relato tan simpático, yo destacaría las posibles dos lecturas de la historia que se nos cuenta: la literal y la figurada. Muy bien

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  2. Esa genialidad que no falte. Cada semana espero con expectación oír la lectura de tus interesantes relatos.

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