miércoles, 30 de mayo de 2012

LA INTRUSA de Luisa Delgado Bello




La primera vez que mi novio fue a mi pueblo a verme, cogió la guagua desde el Norte a Granadilla, que era como se hacía la ruta en aquellos años, exactamente 1962.  Una vez en Granadilla, tuvo que tomar un taxi para llegar a San Miguel, donde nunca había estado.  Con la dirección en la mano, llegó a casa de mi hermana la mayor y desde allí me llamó al teléfono  de una vecina, ya que en casa no teníamos.  Yo marché enseguida a casa de mi hermana y cuando llegué, allí estaba él, agotado del viaje tan accidentado.  Esa noche lo acompañamos a la fonda de Flora, donde iba a dormir.  En aquella época ni se te ocurría que tu novio se quedara en casa; ni por asomo tus padres te lo iban a permitir.
Al día siguiente, ya más calmado después de tanto lío,  mi novio me comentó que hasta que no se comprará un coche, no volvería a visitarme.
A los quince días, estando yo en misa, llegó una amiga, que no lo era tanto, toda alborotada:
-Luisa, ya llegó Rubén con un coche precioso, está en la plaza.
Esa amiga era la persona más entrometida del mundo y no me quitó el novio porque no pudo, aunque lo intentó.  Siempre estaba pendiente de su llegada, para ponerse a nuestro lado a ver si podía pescar pero, se fue con el rabo entre las piernas.  Mi novio y yo estábamos muy enamorados el uno del otro.
Un día le planté la mosca a aquella intrusa y nunca más se acercó a nosotros; ¡pobrecita!, ¡qué pena me dio!.

2 comentarios:

  1. Retazos de vida. Estas historias sencillas y cercanas, sacadas de la propia existencia, son siempre bien recibidas por el lector porque destilan autenticidad.

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  2. Por tus relatos se puede deducir que eres muy romántica y que tu media naranja fue Rubén. También se nota que fuiste muy feliz durante el noviazgo y el matrimonio. Eso es muy bonito, por lo que te felicito.

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