martes, 27 de noviembre de 2012

LA CONVERSACIÓN de Dolores Fernández Cano




Han pasado años y, a pesar de ello, aún se adivina en sus rostros que siguen sin comprenderse.  Padre e hijos discrepan por sus ideologías.
-Hola, ¿cómo te encuentras? –pregunta a su padre, a la llegada del largo viaje.
Agustín, nervioso, se levanta de su asiento; no puede ni quiere admitir la repentina vuelta de su hijo.  Se acerca a él, respondiendo.
-Muy bien, me siento formidablemente.  ¿A qué has venido?
-Pero, padre, ¿nunca vas a perdonarme? –le recrimina –No niego que me gusta la vida bohemia, recorrer mundo, dejando a un lado mis obligaciones.  Ahora vuelvo como el hijo pródigo, buscando tu perdón y apoyo, como dos buenos amigos.
-Lo entiendo –contesta el padre –mas cuando te necesité, no acudiste a mi lado, por más que insistí que regresaras.
-Tal vez tengas razón, padre, admito que me odies por ello.
-No, no te odio pero, el interés de esta visita clama al cielo.
-Tengo que contarle algo –apostilla el hijo, tratando de defenderse de los reproches de su padre – Los médicos me han diagnosticado un cáncer, sólo me quedan seis meses de vida.  Este es el motivo de mi regreso, intento demostrar que te sigo queriendo.  Bueno, ya solamente me resta decirte adiós.
Y se largó, dejándole toda la angustia de que él se desprendió, haciéndole vivir en la incertidumbre el resto de sus días.


3 comentarios:

  1. Bien llevada la conversación. Bueno uso de los verbos de habla, que era el objetivo de la tarea de esta semana. Muy bien, Dolores.

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  2. SIEMPRE PERFECTA EN TODO LO QUE HACES. TE FELICITO

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  3. Me ha encantado esa dura conversación, entre un padre e hijo,y te felicito por tu gran imaginación.

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