lunes, 31 de marzo de 2014

DOS HERMANAS de Elda Díaz





Eran dos hermanas de padre y, como siempre, la mayor era la huérfana; por eso  era tratada como la cenicienta pues no la querían. Cuando el padre de las chicas se estaba muriendo, repetía  a la familia que, a su muerte, le dieran a la hija mayor una acción de agua.  Todos se hacían los sordos, preguntando: ¿qué dice, qué dice?, a lo que, la menor, se apresuraba a contestar: dijo que le rezaran una oración.  Cuando el pobre hombre falleció, la hija mayor no recibió nada; la hermana menor y la madre de ésta  se quedaron con todo.

 La casa donde vivían no disponía de pozo séptico, así que usaron el aljibe para tal fin.  Un día  la hermana menor  se fue al patio a coger sol, después de bañarse. El piso del aljibe se había deteriorado con el paso del tiempo y, en aquel momento, cedió y se llevó tras él a la chica  que se  hundió en la inmundicia. La encontraron al día siguiente. Seguro que le daría tiempo de ponerse a bien con Dios.


4 comentarios:

  1. Esta parece ser la historia de una venganza; aquello de que si haces mal a propósito, de alguna manera vuelve a ti en un efecto bumerang. Si ya resultaba sobrecogedor el relato, el efecto fue mayor al saber que fue verídico

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  2. El tiempo pone cada cosa en su lugar. Esto parece ser, lo que le ocurrió a la hermana menos buena.

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  3. El tiempo siempre pone cada cosa en su lugar. Al parecer, esto le sucedió a la hermana egoísta.¿Qué pasó con la madre?

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  4. No me gustan los hermanos que no se quieren. Mary tiene razón, no has comentado nada de su madre.
    Seguro que no le gustaría que se odiaran las hermanas. Mª Dolores.

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