martes, 1 de abril de 2014

LAS SANDALIAS de Antidia Iraida





Amina tenía 5 años y soñaba con tener unas sandalias,  pues siempre iba con bambas. Su abuela, que sabía la ilusión que le hacía, se propuso regalarle unas, pero no era tan fácil, ya que donde vivían no había tiendas de zapatos. Pero un día, pasó por allí una señora que vendía zapatos y ropa por las casas y ¡sorpresa!, traía unas sandalias marrones guapísimas. La abuela de Amina le dijo que se las probara y, como en el cuento de Cenicienta, eran de su número. Cuando la abuela le indicó que eran suyas, y supo que ya su sueño se había hecho realidad, Amina, entre lágrimas y risas, se la comió a besos y abrazos.
Aquellas sandalias eran mágicas, pues nada más ponérselas, Amina comenzó a bailar, pero no solo sus pies bailaban, también su corazón lo hacía, igual que las miles de mariposas que revoloteaban a su alrededor. ¡Qué feliz se sentía! y su abuela sonreía con tanta alegría, como hacía mucho tiempo que no lo hacía.
¡Qué bonito es tener abuelos! Ellos te trasmiten tantas cosas buenas, a través de sus enseñanzas y valores te dan fortaleza para el futuro. Gracias, abuelos, por darnos amor, cuidarnos y ayudar a sus nietos a crecer.
Vuestra fuerza y espiritualidad vivirán siempre con todos nosotros. 



4 comentarios:

  1. Bonito y dulce homenaje a esos personajes grandes, inmensos, que son o fueron nuestros abuelos. Me uno a esos sentimientos por entero

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  2. Bonita narración, llena de emoción,ternura y alegría.

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  3. Es verdad, los abuelos son muy importantes en la vida actual. Mª Dolores.

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  4. Es una naracion muy bonita y enternecedora,no hay nada tan bonito como tener abuelos y padres.Cierto de ellos aprendemos mucho.

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