martes, 1 de abril de 2014

MALAS de Teresa Jiménez




Parece que la palabra malo tenga que ir, invariablemente, asociada a las ideas y a los hechos de  maldad, pero… ¿y la palabra mala?.  En mis tiempos, a las prostitutas se les llamaba mujeres malas, mujeres de la vida.  Se hacían chistes al respecto, como aquel hombre que dicen le dijo a un cura que, si él las quitaba de esa vida, le guardara dos bien malas bien buenas, para el sábado.

Bromas aparte, la mayoría de ellas eran  mujeres de buenos sentimientos y de gran corazón y algún caso se daba de  hombres que retiraban a algunas, casándose con ellas, como en la película aquella de Julia Roberts, que era buena por dentro…¡y por fuera!.


2 comentarios:

  1. Malas buenísimas, buenas malísimas; de todo hay en la viña del Señor, que no es oro todo lo que reluce, y el que no esté de acuerdo, que tire la primera piedra.

    ResponderEliminar
  2. Estoy encantada de leer todo lo que escribes. Este relato demuestras que las malas no lo son tanto y las buenas tienen algo de malas.Me encanta tu razonamiento.

    ResponderEliminar