martes, 17 de noviembre de 2015

PRIMERAS RESPONSABILIDADES Candelaria Bacallado





Cuando yo tenía once o doce años, mi madre enfermó y tuvo que guardar cama durante bastante tiempo.  Vivíamos entonces en la casa de mis abuelos, que eran muy mayores y también estaban enfermos.  Mi abuela tenía cataratas y estaba ciega; a mi abuelo le había dado una trombosis.  Así que en medio de esa tesitura, me vi en la obligación del relevo de mi madre.  Pese a todo, nunca pensé que aquello era mucho para mí.  Acepté de buen grado la responsabilidad de la casa y del cuidado de tres personas enfermas.
Recuerdo un día que fue un poco complicado.  A mi abuelo le bajaba la tensión con frecuencia y se desmayaba.  Cuando esto ocurría tenía que darle unas gotas.  Ese día del que hablo, estaba sentado en la sala cuando sucedió.  Yo le di las gotas directamente en la boca, sin agua, sin saber siquiera si las podía tragar o no.  Cuando se recuperó y vio que estaba en su cama, me preguntó:  ¿quién me trajo hasta aquí?.  Al contestarle que había sido yo, le pareció imposible porque yo era muy delgada y él un señor muy alto pero,  ¡querer es poder!


2 comentarios:

  1. Responsabilidades enormes para tan corta edad. Al describirme a la niña que eras, nos acercas mucho más a la mujer que eres. Me gusta cómo cuentas.

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  2. No importa la constitución del cuerpo, siempre puede más los sentimientos y sobre todo el amor de hija. Muy bonita
    tu vivencia aunque sea triste. Mª Dolores.

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