martes, 12 de junio de 2012

LA AUSENCIA de Edelmira Linares





Como cura de esta parroquia, yo, don Ruperto, estoy asombrado y preocupado.  Esto no es normal.  Los hombres son cada vez más cobardes e informales.  Es la segunda vez que pasa en la misma semana.  Lo que yo aprecio a esta familia y no por el dinero que dan, no; incluso no les pensaba cobrar.  Bueno, bueno, dejémoslo en manos de Dios que, pensándolo bien, por algo se habrá arrepentido el pobre chico de asistir a su propia boda. ¡Válgame Dios!.

2 comentarios:

  1. QUERIDA AMIGA, ESPERO QUE PRONTO REGRESES AL TALLER, SE TE HECHA DE MENOS.TU NARRACIÓN ME HA GUSTADO MUCHO. HASTA PRONTO

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  2. Lograste dibujar al personaje, don Ruperto, a través de sus pensamientos. Muy bien

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