martes, 11 de marzo de 2014

LOCURAS De Dolores Fernández Cano



Querido Conrado:
Han transcurrido semanas desde la última misiva. Aprovechando las horas serenas de la tarde y desde la mesa de la cocina, donde me encuentro, te dedico estas líneas, para comunicarte que necesito darle a mi vida un giro de ciento ochenta grados.
Me es indispensable sucumbir a una espectacular locura. No puedo seguir soportando esta monotonía, ansío disfrutar de una sana locura que haga vibrar mis hormonas al mismo tiempo que germine en mí los deseos de vivir. No cabe duda, las divinas locuras exaltan los ánimos.
Conrado, espero no protestes y comprendas el paso que voy a dar. Para empezar, he comprado un coche de alta gama… ¡maravilloso!.
Tengo que dejarte, espero tus noticias, hasta siempre.
 Abrazos de ésta que no te olvida.



Susana insatisfecha.


2 comentarios:

  1. ¡Qué bueno! ¡Divina locura! ¿Qué sería de nuestras vidas sin los pequeños toques de ella? Sal y pimienta son para aderezar la rutina.

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  2. Hacer locuras son una buena dosis de alegría para el espíritu. ¡Que vivan las locuras! siempre que no hagan daño a nadie;como las tuyas que son estupendas.

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