martes, 11 de marzo de 2014

NO DEJES PARA MAÑANA LO QUE PUEDAS HACER HOY De Lucía Hernández





Este es un refrán que he oído toda mi vida. En cierto momento, yo estaba en mi casa pensando que debía  regar unas matas  que tenía plantadas, pero al final decidí dejarlo para el día siguiente.

Por la mañana, nada más levantarme, cogí la regadera y qué extrañada quedé cuando vi que era una cabeza de pollo que me miraba. A mí me dio pena el animalito, ya que de sus ojos salían lágrimas, me fijé mejor y observé que tenía un cuello largo…largo no, ¡muy largo!. Allí había más de diez metros de cuello de pollo. Me lavé la cara y volví a mirar; me había equivocado.  Había cogido la manguera en vez de la regadera.  Y todo eso ocurrió por no haber hecho caso a nuestro refranero que es tan sabio.




2 comentarios:

  1. Simpático relato, Lucía. Muy gráfico y divertido

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  2. Es el relato más simpático de los que has escrito. Este cambio te va muy bien. Felicidades.

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