viernes, 2 de febrero de 2018

ESAS NOCHES DEL SUR Amalia Jorge Frías





         En el sur de la isla, hay noches interminables que no acaban nunca.  Cuando eso ocurre, los jóvenes se sientan sobre la arena para ver a los chinos meterse en el mar, caminando hacia el agua haciendo mucho ruido.  Es digno de ver cómo saltan los peces y cómo los chinos, poniéndose  en grupos de cuatro, tiran cada uno por una punta de la manta que, pasados unos minutos y llena de peces, arrastran hasta la orilla, porque es tal la cantidad recolectada que no hay quien pueda cargarla.  Es un espectáculo tan especial que las horas se les pasan volando.

         Cuando los jóvenes llegan a la casa y lo cuentan para justificar su tardanza, los padres se enfadan porque creen que los chicos han bebido o han tomado drogas, pero ellos lo único que tienen es sueño.