Te formaste en vientre de mujer
hasta el día en que te permitió nacer.
Creciste en sus brazos,
te acuno y alimentó en su pecho.
La querías y venerabas a ese cuerpo
de madre, mujer.
¿En qué momento dejaste de ser el ser
que nació de mujer?
¿En qué momento dejaste de amar
y respetar a la mujer?
¿Por qué del amor, al maltrato
pasaste, volviendo el mundo al revés?
¿Por qué no vives y dejas vivir el otro
ser,
a esa hija de mujer?
A la que la falta de tu amor y respeto
daña el ser.
¿Y eres tú hijo de mujer?
¡Perdónalo gran Dios!
Pero dile así no es.
Enséñale tú como se trata a una mujer.
No es hombre
el que maltrata a una mujer
Recuérdale, Señor, donde nació
y por qué.
Y a ti, mujer,
tú que pariste a ese ser,
enséñale a ser digno hijo de mujer.