miércoles, 9 de diciembre de 2015

OTRA NAVIDAD MÁS Amalia Jorge Frías


Primer día de diciembre y se respira la Navidad, ¡qué bonita palabra! y cómo nos abre los sentidos, haciendo revivir nuestros recuerdos, evocando en nosotros sentimientos tristes y alegres.  Qué pena que la hayamos convertido en una fiesta familiar y comercial, lo que conlleva, la mayoría de las veces, que nos olvidemos del sentido  que  tienen estas fechas para toda la cristiandad.
El 24 de diciembre, Cristo se hace hombre para poder, después, morir por nosotros y para que podamos tener otra madre en el cielo. Qué dos cosas tan importantes para nuestra vida a partir de ese día.  Pero, ¿qué hacemos nosotros?, lo hemos convertido en una fiesta familiar donde nos reunimos, comemos, bebemos y nos divertimos; cosas que serían positivas si no nos olvidáramos del verdadero espíritu de la Navidad.
La noche del 24, tenemos que celebrarlo, sí, pero con alegría; unas veces con unas personas y otras sin ellas, dando ejemplo a nuestros hijos y nietos para que lo sigan haciendo siempre.





MIS PRIMEROS PRETENDIENTES Elvira Martín Reyes


Tengo que diferenciar al pretendiente del año 1957 con el actual, año 2015.  El de antes era la chispa, la mirada, el acompañarte a tu casa a la luz del día, el echarte el piropo.  Yo creo que esto se mantiene casi igual…, la diferencia está en que los pretendientes de ahora son con derecho a roce, cosa impensable en aquella época.
La verdad es que me siento afortunada en ese aspecto porque, cada vez que salía de mi casa, ya tenía uno enfrente esperándome.  Aún recuerdo el primer piropo o el más que caló en mí.  Fue el de un chico que pasó cuando yo estaba en la ventana.  Se paró, me miró y, sin más, me recitó este poema:

Quítate de la ventana
no me seas ventanera
que el vino de buena cuba
no necesita banderas

Esto, con quince años, me llegó al alma.  Después, los Sabandeños cogieron el poema e hicieron con él una canción, pero que conste que yo lo escuché primero.  Busqué a su autor, se llama Víctor de la Serna y forma parte de una copla popular manchega.



REÍR A CARCAJADAS Candelaria Díaz




¡Qué divertido este título! Ya sólo con leerlo, me sale una sonrisa, lo que en estos tiempos es cada vez más difícil.  Seguro que quedan personas simpáticas, otras que se hacen las graciosas y nos reímos con ellas, pero en mi entorno escasean y es una pena.  Yo no tengo el poder de dar instrucciones a gentes con ese don.  ¡Vivan los chistes gomeros bien contados!

¡Ah, me había olvidado! Sí que tengo un familiar que me hace reír hasta atragantarme cuando pierde muchos céntimos en el juego y se cabrea conmigo. ¡Qué Dios me la conserve!



INSTRUCCIONES PARA DECIR LA VERDAD SIEMPRE Dolores Fernández Cano




La verdad debe decirse mirando directamente a los ojos de los interlocutores, sin intimidación, sin pestañear, con seguridad y firmeza.
Para decir la verdad, hay que hacerlo con voz melodiosa, como si se tratara de una escala musical, en tono adagio.
Para decir la verdad, debes tener conciencia de tus derechos.  Es necesario aprovechar las oportunidades que revolotean encima de tu cuero cabelludo, sobre todo cuando llega la bajamar, ya que es el momento preferido por las circunstancias.

Para decir la verdad, hay que poner muchísima sal alrededor de tu espacio vital, ya que es preferible una verdad resalada, a una mentira piadosa.




DECIR LA VERDAD SIEMPRE Candelaria Bacallado




            Era un niño muy inquieto y muy vivaz, preguntaba a su familia por todo y sus por qué no siempre tenían respuesta.  Cuando esto ocurría, él le recordaba a sus padres que ellos le habían enseñado a decir siempre la verdad.

            Conforme crecía, vio como estos ideales no siempre estaban en concordancia con lo que él creía que era la verdad.  Pensó que no era tan fácil porque la verdad puede dañar.  Aun así decidió actuar de acuerdo a sus creencias.  Elegir la verdad aunque ésta fuera algunas veces dura, era mejor que mentir piadosamente como él había escuchado alguna vez...




HAY QUE DECIR LA VERDAD Lucía Hernández




En este mundo en el que nos encontramos, son más las personas que mienten que las que dicen la verdad, aunque se puede perdonar alguna mentira piadosa, pero para mí resulta muy desagradable una persona que diga mentiras.
Los mayores mentirosos que existen son los políticos, pero esa es su misión, mentir unos a otros.  Se insultan, critican sus vidas y hechos y al fin se encuentran y se abrazan; esa es la política, así vivimos oyendo mentiras todos los días y después se dan la buena vida y nosotros somos los que pagamos todas esas deudas.

Muchas veces sucede que una persona dice que te vio o que dijiste una cosa sin haberlo hecho; todo incierto pero, ¿cuál es la solución? Hacer la vista gorda y perdonar porque las discusiones son muy feas.  Hay personas que gozan por decir una mentira y si con ella te ofenden, mucho mejor.  A veces son cosas increíbles que ocasionan grandes disgustos pero, como Dios perdonó a sus enemigos, nosotros debemos pensar en la paz y así viviremos mejor.  Como no vamos a heredar este mundo, cuanto mejor lo pasemos, viviendo una vida tranquila con mucha paz y cariño, más felices nos iremos al otro barrio.



LA VERDAD Elda Díaz




La verdad siempre tiene que ir por delante pues, como digas una mentira, sin darte cuenta la verdad salta a la vista y después la que queda mal eres tú.  Ya se sabe que la persona mentirosa siempre es conocida como tal por los restos, así que tomar nota de esto:  lo mejor es decir siempre la verdad.







INSTRUCCIONES PARA LA RISA Natividad Morín



Para reír a carcajadas no hace falta sino que te hagan cosquillas; te partes de risa como cuando te cuentan un chiste gracioso.  También hay personas a quienes les da risa cuando alguien tropieza y se cae.
La risa es muy contagiosa porque si ves a otras personas reír, es casi imposible que no lo hagas tú también al mismo tiempo.
Si eres propensa a la risa, tienes que ir preparada; tendrás que ponerte un salva-slip, quiero decir, aquí entre nosotras.
Es verdad que la risa es bonita verla cuando tienes unos dientes blancos y parejos; la risa que llamamos profiden.
Curioso es que al reír también nos salgan lágrimas.  Pero a mí las risas que más me gustan son las de los bebés; son preciosas y tiernas, además de contagiosas.  Te dan ganas de comértelos a besos.
Sigan mi consejo, amigas, cuando rías con ganas, cierren las piernas porque de no hacerlo, tendrán un problema, digamos acuoso.


ESAS NOCHES DEL SUR Candelaria Bacallado



En el sur de la isla, hay noches interminables que no acaban nunca.  Cuando eso ocurre, los jóvenes se sientan en torno a la plaza del pueblo; eso suele ser en el solsticio de verano.
Aseguran que esas noches pasan cosas que rozan lo increíble, como ésta que les cuento:
Miguel es un joven a quien su amigo Juan animó para que asistiera ya que había roto con su pareja y estaba desanimado.  Como Juan le había dicho, cuando dan las doce de la noche, se sientan todos en círculo y con los ojos cerrados, visualizan aquello que desean conseguir, o lo que necesitan.  Luego, van a la orilla de la playa y esperan a que sucedan los acontecimientos.
Esa noche, cuando todos los jóvenes estaban en la orilla de la playa, a bastante distancia, salió del agua una joven bellísima que invitó a Miguel a introducirse en el mar con ella.  Todos lo miraban, esperando su reacción.  El chico parecía hipnotizado mientras caminaba por la playa hacia donde estaba la preciosa muchacha.
Los jóvenes que habían quedado en la orilla, impresionados, trataban de vislumbrar a la pareja, pero fue imposible.  Amedrentados, decidieron alejarse del lugar para esperar al amanecer a ver qué había pasado con Miguel.  Cuando poco después, apareció, ante sus insistentes preguntas, él sólo dijo haber experimentado algo especial que había cambiado su vida.

Desde ese día, cuando llega la noche interminable, los jóvenes del sur siguen esperando que les ocurra lo mismo que a Miguel, que continua feliz por haber sido elegido aquel noche de solsticio.


INSTRUCCIONES PARA LA VERDAD Y PARA LA RISA de Teresa Jiménez

INSTRUCCIONES PARA LA VERDAD  Teresa Jiménez
Las verdades siempre duelen, así que hay que decirlas sólo cuando te beneficien a ti, o para resarcirte de problemas que te hayan hecho daño, de no ser así, una mentira piadosa es siempre la mejor solución; de ese modo evitamos perjudicar a otros.




REÍR A CARCAJADAS  Teresa Jiménez
Nada para reír a carcajadas, como ver a los políticos jugarse nuestro futuro, entre bromas y veras, como le pregunta Rajoy a Bertín, en un avance del programa de tv:
–¿Quién te gusta más, Pedro o yo?

A ver qué le contesta Bertín esta noche, para nosotros reírnos a carcajadas

INSTRUCCIONES PARA REÍR A CARCAJADAS Fanny







Si alguien empieza reírse, es probable que los que estén a su lado también lo hagan, desatando así una cadena de carcajadas muchas veces difíciles de controlar, que hasta pueden durar unos minutos.
Otra cosa a tener en cuenta, si sospechas que están por llegar unas buenas carcajadas, es dejar a un lado lo que esté bebiendo, porque si no lo hace, puede que la bebida le salga por la nariz.  Ya se sabe que la risa es contagiosa.