martes, 20 de mayo de 2014

NUESTRAS MERIENDAS de Milagros





Hoy recuerdo con nostalgia y me parece estar viviéndolo ahora mismo. Aquellas meriendas con mis amigas y amigos, allá por los años 58, 60, en mi primera juventud. En los pueblos y en esa época no había un lugar donde pudiéramos pasarlo bien en las tardes de domingo, en las mañanas sí, pues íbamos a misa de once de la mañana, con nuestras familias. Por las tardes, mis amigas y yo preparábamos nuestras meriendas y nos subíamos a la montaña de la Breña, un mirador por excelencia de la isla de La Palma, nos lo pasábamos genial, pues unas preparaban bocadillos, otras torrijas, algunas hacían galletas de mantequilla, sopas de miel… Cosas diferentes pero todas llevábamos algo que compartíamos con algunos amigos que se reunían con nosotras y que llevaban un transistor para escuchar nuestra música y con el que hacíamos nuestro guateque en plena montaña, y esto todos los domingos; eso sí, teníamos que estar en casa con luz del día, pues de lo contrario, el siguiente domingo no había merienda.
Eran maravillosos los sentimientos que se creaban en el grupo. Además de disfrutar de la naturaleza, compartíamos, convivíamos y sobre todo creábamos una amistad que aún perdura. Nos seguimos reuniendo por lo menos una vez al año.
Por todas las risas, por los guateques que hacíamos, por las meriendas compartidas en tantas tardes de domingo, gracias amigos.




2 comentarios:

  1. Maravillosos recuerdos son siempre los que proceden del territorio de nuestra juventud, cuando todo despertaba emoción y asombro

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  2. Las meriendas dan para mucho. Recuerdo las de mi juventud con los amigos y amigas y lo bien que lo pasábamos.

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