UNA PRIMERA VEZ
El año 1960 fue muy importante para toda mi familia. El mayor de mis hermanos contraía matrimonio en el mes de abril. Como indicaba el protocolo, mi hermana y yo, que entonces contábamos dieciséis años (somos gemelas), fuimos sus damas de honor y, por parte de la novia, sus otras dos hermanas.
Por fin llegó para nosotras la primera vez que calzaríamos zapatos de tacón. Todos los días, por el pasillo de nuestra casa y bajo la atenta mirada de mi madre, que nos vigilaba, caminábamos de arriba abajo y de abajo a arriba. Debíamos hacerlo erguidas y con gracia y así practicamos hasta que llegó la fecha señalada para la boda.
La ceremonia fue perfecta. Todo resultó muy entrañable pero lo que no recuerdo es a dónde fueron a parar aquellos zapatos de tacón que me hicieron sentir tan importante.
Evocador relato, atado al recuerdo de una primera vez que dejó huella.
ResponderEliminarCOMO SIEMPRE, TUS ESCRITOS ME PARECEN PRECIOSOS PERO, ESTA ANÉCDOTA DE LOS ZAPATOS TIENE MUCHA GRACIAS Y LA HAS DESCRITO CON UNA HABILIDAD FORMIDABLE.SIGO PENDIENTE DE TU SIGUIENTE NARRACIÓN, SEGURO QUE ME GUSTARÁ TANTO O MAS QUE LAS ANTERIORES. CARIÑOSAMENTE, MARY
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