Yo soy una mesilla de noche, tengo
dos gavetas que están llenas de bragas y sujetadores, pues mi dueña es una
mujer.
Depositan
sobre mí un montón de cosas, como una lámpara, una radio (es lo que más me gusta, oír música) un vaso de
agua, un cenicero, que algunas veces se le cae el cigarrillo y me queman, si
fuera humana gritaría de dolor ¡pero no! Solamente me queda la marca.
Soy un mueble muy sufrido porque por
las noches escucho muchos ruidos, cuando tienen gripe me llegan todos los virus
y los ronquidos, lo paso tan mal que, si tuviera manos, cogería el vaso de agua
y se lo arrojaría en la cara para que dejara de roncar.
Y cuando come fabada, es horrible,
desearía tener piernas para salir corriendo de la habitación. Pero siempre
estoy ahí quieta eternamente en el mismo sitio, solamente me mueven cuando
friegan el suelo.
Espero que cuando esté estropeada y
no sirva me reciclen y hagan otro mueble más coqueto y tranquilo.
Me ha encantado la personificación de esta mesilla de noche, tanto que estoy segura de que si las mesillas hablaran dirían exactamente lo mismo que nos cuentas, Nati. Muy bien.
ResponderEliminarEspecial mesilla de noche, sufridora como dices pero también disfruta mucho en ocasiones.
ResponderEliminarPor lo que se queja tu mesilla de noche, se merece que la jubilen,. Yo que tú, iría a una tienda de muebles para comprar otra, más moderna. Mª Dolores.
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