lunes, 17 de febrero de 2014

NUEVO De Natividad Morín



Aquella había sido una noche de estreno. Salí de aquella habitación de hotel de la mano de Sergio con el convencimiento de que había pasado algo maravilloso.
Esa noche estrené un vestido precioso y fue nuevo para mí, asistir a la boda de una amiga sin la compañía de mis padres y, a mis 18 años, también fue nuevo ir acompañada de mi novio.
Todo fue tan novedoso como mágico, cuando en medio del banquete, empezó a llover con fuerza y con un fuerte viento que amenazaba con llevarse todo.
Como el convite se celebró en las afueras de la capital, era una temeridad salir a la carretera porque con aquel mal tiempo, podríamos tener un accidente.
La casualidad hizo que cerca del restaurante hubiera un hotel y allí nos dirigimos.  Cuando llegamos, llamé a mis padres, para decirles lo que pasaba.
Ellos se pusieron histéricos, sobre todo mi padre ¡No debimos dejar que fuera! Me  dieron gran cantidad de recomendaciones.
¡Mamá no te preocupes, tranquiliza a papá, Sergio es responsable! ¡No pasará nada, mañana  os vemos, y te contaré lo bien que lo hemos pasado! ¡Un beso!.

Al día siguiente, muy temprano, casi de noche  salimos del hotel, muy felices.


2 comentarios:

  1. Experiencias nuevas y emocionantes en esta maravillosa aventura de la vida. ¡Dulce relato lleno de inocencia!

    ResponderEliminar
  2. Un estreno de gala, íntimo y lleno de ilusión con algo de candidez.

    ResponderEliminar