lunes, 17 de febrero de 2014

SUBIR LA CUESTA De Lucía Hernández





Nada más verla, Lucía creyó que no podría subirla. Con mucha paciencia y calma, ella se ha puesto a analizar la subida de la cuesta hasta sacar en conclusión  que no es una, son muchas y malas de subir las cuestas de la vida.
Dicen que la cuesta de enero, ¿y la de febrero, la de marzo…,  que pasa con ellas? También esas hay que subirlas, y según la situación también Lucía, las espera pesadas.
Las que a ella le ha tocado subir, que han sido varias,  las ha abordado con mucho sacrificio, mucha pena y mucho dolor en su corazón ¿pero qué otra cosa podía hacer? Sólo con llorar no se resuelve nada y Lucía ha tenido que pedirle a nuestro Dios que me le diera la mano para ayudarla a subir; ella cree por eso que, sin su ayuda,  ya no estaría aquí. Y después de tanto dolor aquí está Lucía, dispuesta a subir hasta El Teide, si es necesario.
Queridas compañeras, no tengan miedo a nada, que este mundo en que vivimos tenemos que ser valientes y enfrentarnos a subir hasta lo más alto, aunque sea con dolor. Viva la cuesta y todos los que la subimos.



2 comentarios:

  1. ¡Qué gran consejo, Lucía! Y qué gran ejemplo a seguir…

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  2. Gracias por tus recomendaciones para sortear la cuesta y llegar a la cima con la ayuda de Dios.

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