Cuando fui invitada a La
fiesta de Blas, conocí a un chico guapísimo, con unos ojos verdes preciosos.
Estuvimos toda la noche bailando; yo lo hacía a mi manera, pero él me decía que bailar pegados es bailar. Al
final, me dejó el corazón contento y
ahora somos novios.
Al contárselo a mi
madre, ella me preguntó: ¿Y quién es
él?. Yo le contesté lo que él me dice: No
soy de aquí ni soy de allá, pero… ¿a
quién le importa? Porque estando
contigo, me siento feliz.
Mas, pasado unos meses,
se nos rompió el amor y…¡ay pena, penita, pena! ¡tengo una llorona!. Mis amigas me animan a que sea la chica de ayer; ¡imposible! ¡fue tan
cariñoso!; siempre me regalaba un beso y
una flor y, cuando llegó a mi vida
fue como si llegara un rayo de sol.
Ahora me siento como la gata bajo la lluvia y todo por culpa
de ese bandido que me dejó el corazón partido.
La verdad es que esta tarea ha resultado ser una buena idea, pues me estoy divirtiendo mucho mientras leo sus escritos. ¡Muy bueno el tuyo, Nati!
ResponderEliminarMuy divertido tu escrito y bien hilvanado.No se puede pedir más.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar!Escándalo!, es un escándalo, !escándalo!, es un escándalo. Es escandalosamente bonita tu narrativa. !Enhorabuena!.
ResponderEliminarMª Dolores.